Ciudad de México. A siete meses de concluir su administración, en entrevista para Canal Red TV de España que transmite en redes sociales, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoce que la mayor asignatura pendiente que tiene a estas alturas es resolver el caso Ayotzinapa. “Esa sería una asignatura pendiente que me dolería no resolver. Cuando dicen que fue un asunto de Estado, sí lo fue, pero no porque se haya ordenado desaparecerlos sino porque el estado lo encubrió”. En contrapartida, a la pregunta de su mayor logro, no tuvo dudas: reducir la pobreza en México a pesar de la pandemia.
Casi dos horas y media de entrevista en la que alude mucho a política exterior, en especial a las complejas relaciones con Estados Unidos, en el que subraya la necesidad de entender los tiempos en se pronuncian propuestas como la posibilidad del cierre de la frontera que negociaba el presidente Joe Biden con los republicanos. Son más de 3 mil kilómetros de frontera entre los principales socios económicos del mundo: ““eso si me tumba pero primero cae el presidente de Estados Unidos”.
Reivindica la relación respetuosa que ha tenido con Biden y con Donald Trump, lo que le ha permitido condenar el bloqueo a Cuba o reprochar las sanciones a Venezuela sin consecuencias en la relación bilateral, que se mantienen en un pie de igualdad.
López Obrador ratificó su condena “ al infame bloqueo a Cuba porque no es afectar al gobierno de cuba es afectar al pueblo de Cuba. Además de que es un abuso, una actitud arrogante, medieval, bloquear un país. Su estrategia es retrógrada, quieren que sufra el pueblo para que el pueblo se rebele en contra de su gobierno. Lo ven como un asunto político e ideológico y ¿donde está lo humanitario? “.
Y en ese tenor, reprochó la pasividad de la Organización de Naciones Unidas frente a las guerras en el mundo, porque se ha convertido en un florero. “No puede ser que no detenga una guerra, que ni pueda convencer a las potencias de que se debe buscar una salida negociada en las confrontaciones que se están dando en el mundo.”.
En el plano nacional, el mandatario calificó de tirantes las relaciones que mantiene con el Poder Judicial, un poder corroído por la corrupción y al servicio de la oligarquía como lo demostró su decisión de echar atrás la ley eléctrica. Lo atribuyó a sus vínculos con los intereses económicos y por colocarse en favor de las empresas extranjeras.
Hizo un recorrido histórico del país para apuntalar sus consideraciones para la oposición: “Cuando a me tocó definir cómo podría yo llamar a nuestros adversarios en vez de decir derecha, decidí por conservadores y puede parecer fuera de época,pero no. Son conservadores, porque quieren mantener el status quo, el régimen de opresión, injusticias y privilegios, quieren mantener el régimen de corrupción”. Subraya que el rumbo económico del país y los cambios sociales han dejado sin argumentos a los conservadores.
Reivindica que más allá del papel de los dirigentes y de él mismo, la transformación se ha consolidado por el respaldo popular; subraya que para el pobre, la democracia es una cuestión de subsistencia porque ahora recibe lo que nunca le entregaron cuando había gobiernos corruptos. Es decir, aseguró, “ No es un movimiento el nuestro de una vanguardia, de un grupo de dirigentes mucho menos de un líder es movimiento de todo un pueblo”.
A pregunta expresa de cuál sería la aportación de la cuarta transformación para los gobiernos progresistas en América Latina, López Obrador sostuvo que “para poder llevar a cabo una transformación se necesita siempre estar con el pueblo. No hay que zigzaguear, no a las medias tintas, a la moderacion”.
López Obrador elogió el futuro del movimiento bajo el liderazgo de Claudia Sheimbaun, una mujer honesta y con principios, que está mejor preparada académicamente que él. Sobre su gestión, dijo que “a mi me ha costado equilibrar la pasión con la razón, eso es la politica, Las grandes cosas se hacen con la pasión pero se requiere razón”.
– ¿Teme por su vida?
“Si, pero no pienso en eso “, respondió antes de explicar que el pueblo protege al presidente.
A pregunta expresa, rechazó que el denominado método Bukele, instrumentado en El Salvador para enfrentar la violencia sea viable. Puede ser que funcione ser transitoria, no se pueden enfrentar la violencia con la violencia, el mal con el mal. El mal hay que enfrentarlo haciendo el bien”.