¿Cómo vivieron el 8 de marzo, día internacional de las mujeres?
Fueron de quienes enviaron mensajes de felicitaciones a sus mujeres amigas y familiares o de quiénes se quejaron porque el tráfico estaba terrible por las manifestaciones en sus ciudades.
Aunque hayan sido de estas personas o hayan sido militantes activas protestando en las calles es necesario reflexionar de cómo nos hacemos cargo, de forma personal y colectiva, para afrontar e impulsar los cambios y revertir “la deuda histórica” que se tiene con las mujeres.
Esa deuda histórica tiene muchas dimensiones, recuperemos alguna de ellas.
De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública en enero de 2024 se cometieron 51 feminicidios y fueron asesinadas 201 mujeres. De estas últimas 6 corresponden a Querétaro.
Con datos de la Red Lupa del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, A. C. en Querétaro se contabilizan 511 personas desaparecidas hasta mayo del 2023 y de esas 111 son mujeres. Existe un incremento de este delito a lo largo de los últimos tres años.
Según la información proporcionada por la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) elaborada por INEGI, en Querétaro en 32.3 de las mujeres han sido víctimas de violencia laboral, es decir 1 de cada tres.
El documento de trabajo “Equidad de género en pensiones. El caso de México” de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) señala que las mujeres viven más años, que en promedio ganan salarios menores y por tanto cotizan menos, dando como resultado una brecha en las pensiones que reciben de alrededor del 30 por ciento.
Históricamente las mujeres han sido quienes se encargan de lo que hemos llamado “los cuidados”, atender a las niñas y niños, estar al pendiente de las personas enfermas y cuidar de los personas mayores, entre otras. En los tiempos recientes se sucede un debate sobre la necesidad de visibilizar este trabajo, reconocer que no pude ser un tarea exclusivamente femenina sino que debe ser social y que el Estado tiene que desarrollar sistemas de cuidado para lo cual se necesitan políticas públicas y recursos también públicos.
Cambiar estas desigualdades es una tarea de ciudadanas y ciudadanos. Se trata de identificar y hacernos cargo de lo que puede estar a nuestro alcance ya sea de manera personal o grupal.
Pero también es exigir el diseño y ejecución de políticas públicas por parte de nuestros gobiernos para que se vaya cerrando esta brecha. Edgar Cortez