“Condeno las protestas antisemitas”. Así se refirió Joe Biden este lune a las oleada de manifestaciones, algunas de ellas violentas, que han tenido lugar en los campus universitarios estadounidenses y que en algunos casos, como el de la Universidad de Columbia, en Nueva York, a clausurar las clases presenciales y hacerlas todas online. Biden había sido criticado por algunos sectores conservadores de callar ante las protestas, que para una parte de la opinión pública estadounidense, tienen un marcado carácter racista antijudío.
Las protestas, que duran varios días, han sido convocadas contra la actuación de las Fuerzas Armadas de Israel en Gaza, pero en algunas ocasiones se han dirigido hacia los miembros de la comunidad judía de esos centros académicos. Para los defensores de las protestas, sin embargo, no ha habido racismo en ellas, sino solo el deseo de las autoridades académicas y de las fuerzas privadas que éstas emplean para mantener el orden.
Todo empezó el jueves, cuando la policía privada de Columbia desalojó a unos cien activistas que estaban ocupando el campus. Para algunos, la acción de las fuerzas del orden no fue casual, ya que tuvo lugar apenas un días después de que la presidenta de la Universidad, Nemak Shafik, prestara declaración en la Cámara de Representantes de Washington por la presunta tolerancia de la institución académicas hacia los ataques contra los judíos en sus instalaciones. Según esa tesis, se tratará, así pues, de un intento de Shafik de mostrar que no va a tolerar antisemitismo. Testimonios anteriores acabaron forzando la dimisión a las rectoras de Harvard y la Universidad de Pennyslvania.
Sea como fuere, la acción desencadenó un ‘efecto imitación’ en otras universidades, agudizado por el hecho de que esta semana se celebra la Pascua Judía (lo que, paradójicamente, hace que haya muy pocos alumnos hebreos en los campus, dado que la mayor parte de ellos la celebran con sus familias). Las protestas – y la reacción de las autoridades – no se ha limitado a las instituciones académicas. La semana pasada 29 empleados de Google fueron despeddiso por organizar una protestar contra el uso de los productos de esa empresa por las Fuerzas Armadas de Israel.
