Casi un centenar de menores de edad, pertenecientes a la etnia tzotzil de San Cristóbal de Las Casas, estado de Chiapas, marcharon este miércoles, Día Internacional del Trabajo, contra la explotación infantil que se viven en comunidades, zonas rurales y ciudades en el sur de México y el mundo.
De acuerdo al último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el estado de Chiapas, en el sur de México, ocupa el segundo lugar nacional en la estadística de menores de edad que trabajan, de un total de 3,3 millones de infantes involucrados en alguna forma de trabajo en todo el país.
Por entidad federativa, Oaxaca ocupa el primer lugar en trabajo infantil con el 21,5 %, a este le sigue Chiapas con 18,3 %, Baja California 5,3 % y Ciudad de México, con 5,4 %.
En este contexto, más de 80 menores de comunidades indígenas que marcharon este primero de mayo también se mostraron a favor del trabajo digno y bien pagado ante la falta de oportunidades por discriminación hacia la población indígena en el país.
“Salimos a marchar para defender nuestro derecho al trabajo digno porque en la ley no está escrito”, expresó la niña Isabel Pérez Gómez, quien es también una defensora de los derechos de las infancias trabajadoras en la localidad de San Cristóbal de las Casas.
“Los niños deben de conocer que el derecho a trabajar es justo y que debe uno aprender a trabajar para que no les quiten sus derechos”, acotó la pequeña activista.
En este sentido, las organizaciones civiles y los menores trabajadores también demandaron a las autoridades este primero de mayo no criminalizar la labor que realizan los infantes y tampoco a sus padres, quienes buscan sustento en el sector informal, pues también son personas que aportan y se organizan para promover los derechos de las y los niños.
A su corta edad, Yalin Pérez, de 15 años, afirma saber qué es trabajar y aportar recursos para sus estudios y hoy es una defensora de los derechos de las infancias.
“Salimos a exigir nuestros derechos porque no se respetan como niños trabajadores”, expuso.
A estas exigencias se suma Melissa de La Cruz, quien aseguró que en el sureño estado de Chiapas “hay demasiada violencia y gracias a ello los turistas ya no quieren venir”, afectando el comercio local.
El contingente integrado por niños, niñas y adolescentes, acompañados por la organización Melel Xojobal, defensora de los derechos de los niños, también salió a las calles para pedir seguridad y paz a las autoridades en Chiapas, América Latina y el mundo.
‘¡México aguanta las niñas y niños trabajadores se levantan!’, ‘América Latina aguanta las niñas y niños se levantan’, ‘queremos trabajos dignos’, ‘sí al trabajo digno’, destacaron en las coloridas pancartas que portaban los infantes en la movilización.
El grupo se integró por niños de localidades en Chiapas como San Cristóbal, Pantelho Chicomuselo, Frontera Comalapa, Motocintla, la Concordia, Villaflores, quienes además reconocieron que viven la inseguridad y la presión de ser reclutados por los grupos de la delincuencia organizada.
Esto, después de lo ocurrido el pasado 13 de marzo, cuando un niño y un adolescente fueron asesinados en un ataque armado en la comunidad de La Piedad, en el municipio de Pantelhó, en tanto que, la violencia armada en la región ha cobrado la vida de por lo menos cuatro menores de edad en lo que va del 2024.
Las organizaciones civiles como la Red por los Derechos de las Infancias en Chiapas (Redias) y la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) en diversas ocasiones han denunciado el aumento de la violencia armada y la presencia de grupos criminales, por lo que exigieron protección para los niños y adolescentes en Chiapas.
Jennifer Haza Gutiérez, directora de Melel Xojobal comento a EFE que persisten los malos tratos a las niñas y niños indígenas, pues manifiestan que por ser menores les pagan menos, regatean o roban el producto que comercializan de forma irregular en su mayoría, y dicen no ser reconocidos sus derechos en términos de salarios.
Agregó que los trabajadores indígenas en estos tiempos están expuestos a las violencia, particularmente al enganche, a la trata de personas y al reclutamiento de la delincuencia organizada con la promesa de trabajo. EFE