Mayo se recuerda siempre por varias fechas, el día del trabajo, el día de la madre y el día del maestro, en esta ocasión quiero hablar de estos apóstoles de la educación, y lo digo como un orgulloso egresado de escuelas públicas.
El día del maestro más que ceremonias y homenajes, es un día para evaluar su trabajo en la construcción del futuro de los niños, sin los maestros no se explican muchas cosas, esos casi 2 millones que se integran en el Sindicato Nacional, son verdaderos apóstoles de la educación.
Y hoy quiero resaltar el esfuerzo del presidente López Obrador para mantener un diálogo con todos ellos para dejar atrás el México de los conflictos magisteriales, hay que reconocerle al presidente su terquedad para hablar con todos los grupos y hacer mesas de diálogo para resolver los pequeños detalles que ahí se han planteado sin dar espacio para la disculpa de algún gobernador que, evadiendo su responsabilidad, omite resolver problemas que a ellos les corresponde.
En este sexenio más 800 mil maestros han obtenido su plaza en el SNTE y esto les permite no ser víctimas políticas de los dirigentes que antes les exigían ir a mítines, ya que eran eventuales, tener una plaza da confianza, seguridad y libertad para actuar en la vida sindical.
Y no hablo de la reforma educativa del actual gobierno, ese, ese es otro tema, habló del trato que como nunca se le ha dado al magisterio de parte del presidente López Obrador, días, horas en reuniones con los profesores han disminuido el conflicto histórico que era parte del magisterio.
Si hay una forma de celebrar el día del maestro es reconociendo que muchos de ellos hoy tienen una plaza y pueden hacer su trabajo con una seguridad que no tenían antes, por esto y por otros temas vale la pena celebrar el día del maestro.
