El comportamiento del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en Quintana Roo muestra una tendencia al alza, con un aumento en el número de personas diagnosticadas, especialmente jóvenes de entre 25 y 29 años, en fases tempranas de la enfermedad. Sin embargo, se estima que otros segmentos de la población están infectados sin saberlo.
Según el último informe epidemiológico emitido por la Secretaría de Salud, en el primer semestre de 2024 se reportaron en el estado 543 personas que obtuvieron un resultado positivo al realizarse una prueba diagnóstica para VIH, lo que significa que, al día, tres personas fueron diagnosticadas como portadoras del virus.
Además, el número de pacientes de VIH registró un aumento del 17 por ciento en comparación a las cifras obtenidas durante el mismo periodo del 2023, cuando se notificaron 463 casos.
En ese contexto, el informe oficial sitúa a Quintana Roo como el estado con mayor incidencia de contagios, es decir, con el mayor número de nuevos casos en el primer semestre del año. Durante este periodo, la entidad alcanzó una tasa del 12.5 por ciento, seguida por Yucatán (6.6%), Colima (6.2%), Campeche (5.9%) y Ciudad de México (5.6%).
Norte y sur del estado, los más afectados por el VIH
El representante legal de la asociación civil Codiscun, Carlos Peñaloza, señaló que al ser el estado una potencia turística importante a nivel internacional el riesgo de contagio entre la ciudadanía es más alto debido al flujo de visitantes.
Explicó que, en años anteriores, Cancún y Playa del Carmen eran los destinos que aportaban más casos de VIH a los registros nacionales; sin embargo, la tendencia se ha trasladado a la capital del estado, donde las fronteras han contribuido al reciente aumento de casos, principalmente en las parejas heterosexuales.
“A través de las campañas que realizamos y a los registros estatales, hemos visto que Cancún y Chetumal, al ser ciudades de paso, tienden a registrar más casos. Aquí por los extranjeros americanos y del otro lado por los beliceños y latinos, por las fronteras.
“En pleno 2024 se sigue diciendo que es algo de la comunidad LGBT+, pero hemos detectado que son parejas heterosexuales que llevan 20 o hasta 25 años de matrimonio, que salen positivos en nuestras campañas”, dijo Peñaloza.
Agregó que uno de los motivos por los cuales el estado sigue liderando en el número de casos es que muchos pacientes abandonan su tratamiento y recaen en la enfermedad. Sin embargo, uno de los factores más importantes es la falta de unificación en el sector salud.
“El problema está en que las personas que se realizan la prueba y obtienen un reactivo positivo, no se sabe con qué dependencia se queda y cuál será el ente que se encargará de darle seguimiento al tratamiento, esto da pie a la duplicación de casos o a diagnósticos tardíos.
“No hay una unificación y no podremos dimensionar la realidad de la situación hasta que se haga esta unificación”, advirtió el representante de esta organización no gubernamental que ayuda a pacientes en Quintana Roo.
Todo parte de una cultura de prevención
El éxito en la lucha contra el VIH en Quintana Roo no solo depende del personal de Salud y de las autoridades estatales o municipales, pues la base para hacer frente radical es el núcleo del hogar con una correcta cultura de la prevención.
“Ya han pasado más de 40 años desde que apareció esta enfermedad y aún hay mucha falta de información sobre lo que realmente significa y a los sectores que afecta. Depende mucho de la apertura y el conocimiento de las familias en estos temas de sexualidad”, explicó Peñaloza.
Reconoció que una de las mejores estrategias estatales que se pudieran implementar para concientizar sobre el VIH es a partir de talleres o campañas en las escuelas secundarias.
“Sería bueno empezar con una alianza entre las autoridades educativas y todas las organizaciones civiles enfocadas a prevenir esta enfermedad, a través de pláticas con temas como el ABC del VIH, así como la entrega de preservativos para hombres y mujeres, pero el tema es que nos topamos con el dilema moral de los padres de familia que no aceptan el inicio de la vida sexual de sus hijos, por eso se necesitan informar en estos temas”.
Jóvenes conscientes de la enfermedad
Según el infectólogo Alejandro Muñiz, la perspectiva del VIH ha cambiado en las nuevas generaciones, pues los jóvenes tienen el conocimiento de esta enfermedad y las modificaciones que podría ocasionar en su estilo de vida. Sin embargo, las prácticas sexuales de alto riesgo, siguen siendo una tendencia.
“En estas edades es cuando la sexualidad está más desatada, ya no es igual que antes. Hoy podemos ver a adolescentes que inician con su vida sexual a temprana edad, refiriendo a que no llegan a la mayoría de edad.
“Hay quienes son conscientes de la enfermedad y los riesgos que representan las prácticas sexuales de alto riesgo en donde también se involucra el uso de drogas, que también son un canal para adquirir el VIH, pero aun así ponen en riesgo su estado de salud”, dijo.
Reconoció que uno de los factores que dificultan la prevención de infección del VIH en estos grupos de edades es que carecen de la accesibilidad a preservativos.
“En algunos escenarios, hay adolescentes o jóvenes universitarios que no tienen ingresos para poder adquirir un condón o incluso quienes tienen solvencia, por vergüenza, no compran un preservativo.
“Pero también hay padres que entienden que los adolescentes de hoy en día están más desatados que antes y no tienen problema con que tengan un condón en la bolsa. Hace falta mucha educación sexual bien encaminada, no solo en el tema del VIH, sino en todas las enfermedades de transmisión sexual”.
Por otro lado, Muñiz recordó que es importante que quienes inician su vida sexual se realicen una prueba diagnóstica para el VIH cada seis meses y, en caso de practicar actos sexuales de alto riesgo, cada tres meses. Esto con finalidad obtener un diagnóstico temprano e iniciar el tratamiento oportunamente.
“En el tema de las pruebas es donde más rechazo hay, sobre todo por el miedo al resultado. Pero esto nos ayuda a poder detectar la enfermedad a tiempo. El VIH es una enfermedad silenciosa que puede vivir por años en el cuerpo sin mostrar ni un síntoma y la única forma de saber que se está infectado es con una prueba de por medio.
“Afortunadamente, los casos que se detectan, ya sean en el IMSS, Issste, Capasits e incluso laboratorios privados, reciben un tratamiento rápidamente y la perspectiva de vida para los pacientes es favorable”, dijo.
Transplante de médula, posible cura al VIH
Luego de nueve años de haber recibido un trasplante de médula ósea, la persona apodada como el “nuevo paciente Berlín” no tiene rastros de VIH en su organismo, convirtiéndose en el séptimo caso en el mundo con la probabilidad de haber sido curado del virus.
La presidenta de la Sociedad Internacional del Sida, Sharon Lewis, informó recientemente que este paciente de 60 años y de origen alemán, fue diagnosticado como portador del virus en el 2009 y en el 2015 recibió un trasplante de médula ósea. A finales del 2018 abandonó su tratamiento antirretroviral y desde entonces no tiene carga viral detectable.
“Aunque no pueden estar absolutamente seguros de que todos los restos de la presencia del virus hayan sido eliminados, el caso de este paciente es muy sugestivo de una curación del VIH”, dijo Lewis.
Recordó que los otros pacientes, excepto uno, habían recibido células madre de donantes de médula ósea que presentaban una mutación rara de un gen llamado CCR5, que impide la entrada del VIH en las células sanguíneas.
Los donantes de los seis casos anteriores eran personas que heredaron dos copias del gen mutado, una de cada progenitor, lo que les hizo prácticamente inmunes al VIH, pero con el tiempo el resultado no fue favorable.
Sin embargo, este nuevo paciente de Berlín es el primero en recibir células madre de un donante que solo ha heredado una copia, configuración mucho más común que da esperanza de encontrar más donantes potenciales.