Reclutamiento de personas en la Sierra de Chiapas obliga al desplazamiento forzado

Tuxtla Gutiérrez, Chis., 29 AGO.-Además de la extrema violencia que se vive en la región Sierra de Chiapas, el reclutamiento forzado de personas, particularmente jóvenes por los cárteles de la droga que operan en el estado, es la razón principal para que cientos de familias se desplacen a lugares más seguro, fuera de Chiapas, Guatemala e incluso pidan refugio en Estados Unidos.

El desplazamiento forzado de cientos de familias de comunidades de al menos ocho municipios de Sierra de Chiapas: Frontera Comalapa, Mazapa de Madero, Amatenango de la Frontera, Motozintla, Siltepec, La Grandeza, El Porvenir y Chicomuselo, se ha convertido en el epicentro de la violencia.

Pobladores que viven en carne propia la violencia extrema de los grupos delincuenciales, que operan con toda impunidad, que ni el Ejercito Mexicano o Guardia Nacional se atreven a enfrentarlos, dejando a la ciudadanía indefensa y expuestas a todo tipo de vejaciones.

Los entrevistados que piden el anonimato por seguridad de ellos y de sus familiares, dijeron que el último desplazamiento forzado se registró el pasado domingo, cuando al menos 700 personas de la comunidad Reforma del municipio de Bejucal de Ocampo abandonaron sus casas para buscar refugio en Motozintla y en otros municipios.

Habitantes de Bejucal de Ocampo, con tristeza explican la difícil situación que enfrentan y que los a obligado abandonar sus propiedades, sus tierras, sus animales, así como amigos y parientes cercanos para buscar resguardo seguro para salvaguardar sus vidas de ellos y de sus hijos.

Sin pensarlo mucho, abandonaron sus comunidades de origen porque los grupos criminales en busca de agrandar sus filas, siguen reclutando personal bajo sus métodos de convencimiento “por las buenas o por las malas, pasando por encima de sus derechos humanos, incluso sus estrategias para obligarlos, van desde la tortura, golpes y hasta asesinatos.

Aún recuerdan el último reclutamiento forzado del que fueron testigos, fue en el que se llevaron por la fuerza a unas 70 personas, particularmente varones, sin que nadie pudiera intervenir en su rescate, ni mucho menos enfrentarlos, porque todos los delincuentes portan armas de alto poder, que ni el Ejército Mexicano la utiliza.

La violencia con actúan los criminales hace que sientan temor y antes de ser llevados por la fuerza, huyen para ponerse a salvo de esas lacras que han venido a Chiapas a sembrar el terror, miedo y desolación, pues prácticamente están solos con sus problemas toda vez que las autoridades federales y estatales, los abandonaron a su suerte.

 Denunciaron que el fin de semana pasado, algunos de sus conocidos fueron asesinados por resistirse a ser reclutados, por lo que mejor han optado, salir y abandonar sus casas y sus pertenencias, que son bienes materiales que se pueden recuperar, pero la vida, jamás.

Por lo pronto, buscar proteger su integridad física, y se ven obligados a abandonar sus casas, y así protegernos para evitar que nuestros hijos sean levantados por estos delincuentes y los enseñen a delinquir y lo que es peor matar a sus propios hermanos de raza.

En estos lugares nadie se salva de la violencia de los grupos armados, mismos que obligan a hombres, mujeres, niños y adultos mayores a bloquear carreteras y caminos de acceso a las poblaciones de la zona Sierra, para impedir el paso del Ejército y demás corporaciones policiacas.

En estos lugares no hay ley que respeten los delincuentes, no hay estado de derecho, se hacen justicia por su propia mano por los que se resisten a cooperar, son golpeados, sus derechos son ultrajados o en venganza, les quitan sus propiedades, por lo que cuando ya están contra la pared, no les queda otra opción que contra su voluntad, acudir al llamado.

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