México ha vuelto a poner en agenda la búsqueda de soluciones frente a la crisis migratoria. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha dado nuevos detalles sobre la cumbre del próximo 22 de octubre en Palenque (Chiapas) para atender el éxodo de migrantes y sumar esfuerzos con otros líderes de países latinoamericanos en la ruta hacia Estados Unidos.
“Se va a llamar el Encuentro por una Vecindad Fraterna y con Bienestar. Van a estar con nosotros presidentes, me confirmó el presidente Gustavo Petro que va a asistir y otros”, dijo el mandatario, que sostuvo una llamada con su homólogo colombiano este martes. La convocatoria se da después de que la Administración de Joe Biden anunciara la semana pasada una ampliación de 32 kilómetros del cerco fronterizo. “Podemos hacer muchas cosas nosotros y también si estamos de acuerdo, podemos buscar la cooperación del Gobierno de Estados Unidos, que ayuden, lo están haciendo, pero que se apliquen más para atender las causas, no solo estar pensando en muros o militarizar la frontera, sino atender las necesidades de la gente”, señaló López Obrador.
El presidente mexicano ya había adelantado a principios de esta semana que la reunión de alto nivel en Palenque incluirá la asistencia de mandatarios y ministros de Exteriores. Están convocados 11 países: Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Panamá y Venezuela. López Obrador dijo el lunes que todos los Gobiernos acordaron mandar al menos un representante, aunque había quedado pendiente la confirmación de Guatemala y Colombia. La cumbre está prevista a celebrarse una semana antes de las elecciones regionales en Colombia del próximo 29 de octubre y lo único que se conoce sobre la llamada entre ambos presidentes es lo que reveló el mandatario mexicano.
“Nos preocupa bastante”, dijo López Obrador sobre el fenómeno migratorio. También señaló que era necesaria una respuesta regional y de común acuerdo entre todos los países involucrados. “Está creciendo el flujo migratorio, y tenemos que buscar opciones, atendiendo las causas, buscando ayudarnos mutuamente”, comentó el presidente. México ha insistido en la urgencia de mejorar las condiciones de vida para evitar que miles de personas tengan que dejar sus países ante la falta de oportunidades. “El migrante no se echa a andar por gusto, lo hace por necesidad”, afirmó el mandatario.
El pedido de López Obrador al Gobierno de Biden se entiende también como una respuesta a las presiones de quienes piden mano dura para contener los flujos migratorios. El anuncio del muro se dio en medio de la visita de Antony Blinken, el jefe de la diplomacia estadounidense, a la capital mexicana. Para algunos especialistas en la relación bilateral, Washington mandó un mensaje de que México tiene que hacer más y actuar de forma decidida como país de tránsito. En contraparte, el Gobierno mexicano pide ahora redoblar la apuesta en la cooperación y en los apoyos a los países expulsores de migrantes.
México también se presenta como interlocutor con países como Cuba y, sobre todo, Venezuela. Al mismo tiempo que se dio a conocer la ampliación del muro, la Casa Blanca anunció que reanudará las deportaciones masivas de migrantes venezolanos. Más de 7,7 millones de ciudadanos han dejado el país sudamericano en los últimos años, de acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas.
Está por verse si los esfuerzos diplomáticos tienen efectos sobre el terreno, cuando las detenciones de migrantes en la frontera sur de EE UU se perfilan a alcanzar récords históricos. “Hay la mala costumbre de hacer reuniones, cumbres para todo en el mundo, pero no hay resultados, es como turismo político”, dijo López Obrador, que durante su mandato ha sido reacio a acudir a encuentros diplomáticos fuera de México. “Acá lo que queremos es ver qué hacemos ante el crecimiento del flujo migratorio, de manera muy concreta, cómo nos ayudamos y cómo ayudamos a nuestros pueblos”, agregó.
