La carrera presidencial en Estados Unidos ha cambiado y se ha acelerado, noviembre será el mes en que los estadounidenses decidirán entre Kamala Harris y Donald Trump para definir quién será el nuevo huésped en la Casa Blanca.
Hillary Clinton pudo ser la primera mujer presidenta de Estados Unidos, pero perdió frente a un Donald Trump que desde el primer día amenazó con poner un muro en la frontera con México, subir aranceles y acabar con el TLC.
Su discurso en aquel entonces se basó en el rencor y la mentira, aunque ganó la elección y gobernó 4 años, no pudo reelegirse y fue derrotado por los demócratas, encabezados por Biden.
Ahora, el actual presidente Biden se bajó del carro por su edad, en la historia americana quedará el registro de un buen presidente que la edad le hizo imposible que se reeligiera.
En esta segunda vuelta, Trump está reeditando una segunda versión casi con los mismos argumentos, además con un atentado que lo victimizó y lo puso por unos días arriba en las encuestas.
Pero sin duda la versión 2.0 de Trump está muy apagada, se ve desgastado, repetitivo, sus mentiras y sus amenazas ya no son nuevas; sin embargo, políticamente aún no está muerto, mueve los sentimientos de esa América profunda que ve en la migración la causa de todos sus problemas.
Y en el camino se le apareció la vicepresidenta Kamala Harris, una mujer californiana de una mezcla sanguínea de madre hindú y padre jamaiquino, que la hacen lo opuesto al pelirrojo Trump, provocando que en pocos días la pelea electoral se haya puesto muy interesante y atrayendo la atención de la mayoría de los votantes, ganando terreno en la propia contienda.
Sin duda es y será una campaña de muchos ataques sucios, de mover sentimientos para ganar al electorado, en unos Estados Unidos donde las elecciones están siempre muy cerradas
Kamala y Trump son 2 ideas muy diferentes y 2 proyectos casi antagónicos, pero ambos prometen poner orden en la frontera sur y hablan de combatir al narco, indudablemente México será uno de los temas a debatir.
Pero más allá de esto, sin duda a México le conviene una Kamala presidenta, más fresca que Trump y además con mayor empatía con
la presidenta Claudia Sheinbaum, en el papel el nivel de entendimiento puede ser mucho mejor, ambas son mujeres preparadas y pueden evitar choques y discordias innecesarias.
Ya falta poco para saber con quién vamos a tener que lidiar, hoy y siempre la relación entre Estados Unidos y México ha sido muy compleja y sobre todo de una codependencia entre ambos.
