El plan de Donald Trump de llevar a cabo la “mayor deportación de la historia de Estados Unidos” cuenta con más apoyo del que se piensa. En concreto, el 54% de los votantes respaldan la política clave del candidato republicano, según una encuesta de Scripps News/Ipsos publicada este miércoles. Por afiliación política, el 86% de los republicanos se mostraron a favor de la medida junto a una cuarta parte de los demócratas encuestados. Y aunque el sondeo muestra que un mayor porcentaje de votantes tiene una opinión más favorable de Kamala Harris que de Donald Trump, el 44% de ellos confía en que el expresidente haría un mejor trabajo en la gestión de la inmigración que la vicepresidenta (con un 34%).
En línea con varias encuestas anteriores, la de Scripps News/Ipsos sitúa la inmigración entre las tres principales preocupaciones de los votantes de cara al 5 de noviembre: el 39% la cita como uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta el país, superada solo por la inflación, que encabeza la lista con un 57%. La seguridad de la frontera sur del país con México fue señalada como la principal prioridad del país en materia de inmigración.
En cuanto a qué políticas migratorias restrictivas les gustaría ver implementadas, el 69% apoya que se limite el número de inmigrantes que pueden solicitar asilo, como lo ha hecho la Administración de Joe Biden desde el pasado mes de junio. Además, el 62% está de acuerdo con que las fuerzas de seguridad locales puedan detener a inmigrantes, una facultad reservada al Gobierno federal pero que varios Estados conservadores —sobre todo Texas, pero también Luisiana y Iowa— han intentado asumir con leyes que convierten en delito la inmigración irregular y permiten a la policía local detener y encarcelar a personas sospechosas de estar indocumentadas.
A estas dos medidas le sigue la deportación masiva de inmigrantes indocumentados: el 54% dijo que apoyaba “mucho” o “algo” esta propuesta, una parte central de la política de inmigración del Partido Republicano. Trump lleva meses prometiendo que expulsará del país a 11 de millones de personas, pero no ha especificado cómo, cuándo y a quién deportaría, más allá de asegurar que usaría el Ejército y las fuerzas del orden para ello. Sin ofrecer ningún otro detalle, el candidato dijo recientemente que las deportaciones comenzarían en Springfield, Ohio, y Aurora, Colorado. En las últimas semanas, Trump y su campaña han difundido bulos sobre inmigración en estas dos localidades, al acusar falsamente a la comunidad haitiana de Springfield de comerse a las mascotas locales y al afirmar que una banda criminal venezolana se ha apoderado de Aurora.
Un informe del Pew Research Center publicado el pasado mes de junio ya mostraba un aumento en el apoyo de los votantes a una deportación masiva: el 37% de ellos se mostraba entonces a favor de la medida, un 11% más que en 2021. Cabe destacar que la encuesta de Pew mostraba que aproximadamente uno de cada diez votantes demócratas apoyaba esta política, mientras que el sondeo de Scripps News/Ipsos revela que ese porcentaje ha aumentado ahora al 25%.
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No obstante, una gran mayoría de los votantes —independientemente del partido al que pertenezcan— sigue mostrándose a favor de que se conceda una vía hacia la ciudadanía a los inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos siendo niños, los llamados dreamers, según este sondeo, realizado entre el 13 y el 15 de septiembre a partir de una muestra de 1.027 adultos y cuyo margen de error es de 3,6 puntos porcentuales.
Otras preocupaciones
A menos de 50 días de las elecciones, al 71% de los votantes les inquieta que los funcionarios no acepten los resultados de los comicios, con un 37% que se declara “muy preocupado” por ello. A estas alturas, Trump continúa cuestionando los resultados de las elecciones en 2020, llegando a decir en el último debate presidencial que hay “tantas pruebas” de que ganó contra Biden. Esto a pesar de haber sido imputado en dos ocasiones por sus esfuerzos para revertir los resultados de las elecciones de 2020.
Además, al 51% de todos los votantes —y al 82% de los republicanos— les preocupa que personas que no sean ciudadanos estadounidenses voten en las elecciones. Por ley, los no ciudadanos no pueden votar en Estados Unidos. Sin embargo, Trump ha procurado alimentar la afirmación falsa de que hay inmigrantes indocumentados en el país que están cometiendo un fraude electoral masivo.
A pesar de que varios expertos han asegurado que es muy extraño que esto ocurra y, por tanto, no hay manera de que influya en los resultados de las elecciones, los aliados del expresidente en el Congreso están intentando vincular la financiación del Gobierno federal a que los Estados exijan una prueba de ciudadanía cuando las personas se registren para votar. Hasta el momento no han logrado hacerlo, pero Trump ya le advirtió a su partido en el Congreso de que no deben apoyar “de ninguna manera” cualquier propuesta para evitar el cierre parcial del Gobierno el 1 de octubre que no aborde el supuesto voto ilegal de los inmigrantes.