De prosperar la amenaza del presidente electo estadunidense, Donald Trump, de imponer aranceles de 25 por ciento a México y Canadá, el impacto inmediato sería una pérdida de 400 mil empleos tan sólo en Estados Unidos, porque afecta centralmente a las tres grandes empresas automotrices asentadas en nuestro país: General Motors, Ford Motor Company y Stellantis. Sería como darse un tiro en el pie, aseveró el secretario de Economía, Marcelo Ebrard.
Si está claro que una decisión como esta impactaría en la integración económica regional afectando a los socios (México y Estados Unidos), los consumidores estadounidenses serían los principales afectados. Informó que de acuerdo a consultas con directivos de las empresas automotrices, se estimaría que cada vehículo pick up que se venden en Estados Unidos importados desde México (el 88 por ciento del total de unidades que se compran en ese país), sería de tres mil dólares.
Durante la conferencia presidencial señaló que México planteará una mayor integración económica a partir de ampliar los niveles de colaboración regional en ámbitos como la seguridad y la migración. En la actualidad -dijo Ebrard – el intercambio comercial en América del Norte representa una tercera parte del Producto Interno Bruto mundial.
A partir del anuncio de Trump, hay dos escenarios en puerta: fragmentar y dividir la actividad económica en la región con acusaciones y tarifas, porque ante un impuesto arancelario aplicado en Estados Unidos, seguiría una respuesta en México y Canadá. O bien, construir conjuntamente una región más competitiva que sea líder a nivel mundial.
Al respecto, dijo que en un primer sondeo con las empresas asentadas en México no sólo de la industria automotriz sino también aeronáutica, financiera, agropecuaria, coinciden con la visión de México sobre la necesidad de incrementar la integración comercial en la región, antes que desatar una espiral de imposición de aranceles.
Imagen cortesía de Ford / archivo
México plantea alcanzar acuerdos para crear una región económica aún más fuerte; alcanzar una estabilidad regional en ámbitos como la seguridad, la migración y la gobernanza regional; impulsar una prosperidad compartida en la región como objetivo de los tres países.
“Todo lo que vaya en contra de esto, como impuestos innecesarios dificultará la producción y generará una pérdida de empleos”, dijo Ebrard.
Recordó que en el pasado hubo un antecedente reciente en 1971, cuando el presidente Richard Nixon impulsó un arancel a todas las importaciones de Estados Unidos de 10 por ciento para obligar a modificar las políticas cambiarias en el mundo, pero las repercusiones económicas en el mercado estadounidense provocó que la medida solo durará 4 meses.
El secretario de Economía dijo que tras el anuncio se habla de las afectaciones a los países pero existe otro enfoque: el impacto en las empresas. Destacó que los tres grandes consorcios automotrices estadounidenses serían los que más resentirían esta medida porque estas empresas son de las principales exportadoras de México a Estados Unidos y, en contraparte las que más exportan a México partes automotrices. Esto es, ellos elaboran partes automotrices y en México se ensamblan, esto es una doble afectación.
“Pensamos que al final estos impuestos van a afectar al consumidor de Estados Unidos y las empresas; se perderìan 400 mil empleos en Estados Unidos.. Se perderían y los consulté con directivos de las principales empresas automotrices con las que conversamos entre el anuncio y hoy”.
Señaló que por instrucciones de la presidenta Claudia Sheinbaum, México buscará acelerar sus conversaciones para renovar el acuerdo comercial con la Unión Europea. Intensificar las pláticas con Brasil para un mayor intercambio comercial, así como contactar a otros socios comerciales de México en Asia.
Más adelante, al abundar sobre los temas asociados al amago de imponer aranceles a México, comentó que es posible que Trump no conozca todas las acciones que realiza México en materia migratoria, e inclusive, sobre la caravana migrante de la que hace mención. Dijo que se está atendiendo y en los casos en donde los migrantes ya cuentan con el oficio asociado al mecanismo CBPOne para obtener un permiso laboral estadunidense, se les conduce por rutas seguras en territorio nacional, a través del Instituto Nacional de Migración, pero de la caravana de la que habla Trump “ya no se dirige a la frontera”.
Indudablemente que nuestro país está en plena disposición de colaborar con Estados Unidos en materia migratoria y de seguridad, pero también nos interesa el tratado comercial. A pregunta expresa sobre la respuesta que en su caso, de consumarse la imposición de aranceles, dijo que la secretaría de Economía está analizando las respuestas arancelarias, pero es un tema técnico y la decisión “no va a ser a bote pronto”.