Integrantes del recién creado movimiento Por Nuestro Campo subrayaron la necesidad de atender el abandono del campo como un asunto de seguridad nacional.
Representantes de asociaciones y confederaciones señalaron que el sector en México es el encargado de alimentar a 130 millones de mexicanos, en medio de serios desafíos como el calentamiento global, la inseguridad y la falta de financiamiento.
Llevamos décadas sin preocuparnos de dónde vienen nuestros alimentos… como mexicanos, nos tenemos que dar cuenta de la importancia que tiene nuestro campo para México”, aseguró Juan Cortina, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
Indicó que no sólo los pequeños productores requieren de financiamiento, sino, también, los medianos y grandes productores, por lo que es necesario que los programas de apoyo gubernamentales los incluyan, ya que son los que alimentan a la gran mayoría de la población.
En tanto, Gerardo García Menaut, presidente de la Confederación Nacional de Productores de Papa (Conpapa), alertó que la inseguridad es otro problema del sector.
Los productores ya están temerosos, inclusive, de circular en las terracerías, en las brechas, en los lugares donde sembramos, a ciertos horarios. Mandas tu camión y esperas que no sea robado”, dijo.
Campo mexicano sufre décadas de abandono
El campo debe ser un asunto de seguridad nacional, pues se debe alimentar a 130 millones de mexicanos, en un entorno que enfrenta serios desafíos como el calentamiento global, la inseguridad y la falta de financiamiento, alertaron miembros del recién creado movimiento Por Nuestro Campo.
El tema de seguridad alimentaria, ya hay muchos países que lo ven como un tema de seguridad nacional, incluyendo Estados Unidos. Y así lo tenemos que ver en México. En ese sentido, como mexicanos, nos tenemos que dar cuenta de la importancia que tiene nuestro campo para México”, aseguró Juan Cortina, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
En conferencia de prensa, Cortina destacó que “Llevamos décadas sin preocuparnos de dónde vienen nuestros alimentos” y sostuvo: “quién se hubiera imaginado que nuestro campo iba a estar generando más divisas a nuestro país que el propio petróleo, que el propio turismo. Entonces, como país, tenemos un gran activo en lo que se ha construido nuestro campo. No nada más porque nos da de comer, sino también porque se ha vuelto un motor económico que durante la pandemia vimos la resiliencia que tuvo y fue el único sector que no cayó, y que dejó con seguridad alimentaria durante esas épocas tan difíciles a nuestro país”.
Por su parte, Margoth Hernández, gerente de la Asociación Agrícola de Productores de Plátano, sostuvo que el campo es el “corazón de nuestra economía”.
INSEGURIDAD
Por su parte, Gerardo García Menaut, presidente de la Confederación Nacional de Productores de Papa (Conpapa), reconoció que la inseguridad está afectando a los productores.
Es algo que aqueja a todo el sector agroalimentario mexicano, que se ha venido incrementando. Los productores ya están temerosos inclusive de circular en las terracerías, en las brechas, en los lugares donde sembramos a ciertos horarios. Mandas tu camión y esperas que no sea robado en el camino porque pierdes lo que enviaste”.
Señaló que la inseguridad es un problema que está golpeando tanto a los pequeños como a los medianos productores.
Por otro lado, Cortina reconoció que los pequeños productores requieren de financiamiento, que en algunos casos llega a ser asistencial, sin embargo, también es necesario que los medianos y grandes productores tengan apoyos, pues son los que alimentan a la gran mayoría de la población.
Está la agricultura comercial, la agricultura de los medianos y grandes productores, que al final de cuentas son los que le dan de comer a México, y le dan de comer a México con precios accesibles y con el producto de manera oportuna. Para ese campo, que también es parte de nuestro campo, se necesitan políticas públicas adecuadas que permitan hacer las inversiones, no tanto en mediano plazo, sino de largo plazo, que se necesitan para que podamos subsistir en este sector”.
LAS PROPUESTAS
Que nuestra voz se escuche: Propone la creación de un comité de trabajo interdisciplinario que reúna a representantes de todas las regiones y actividades agropecuarias, para garantizar políticas coherentes.
Apoyo con financiamiento, comercialización y seguros: De acuerdo con el movimiento, en los últimos años se eliminaron prácticamente todos los apoyos financieros al campo, por lo cual buscan condiciones “parejas”, para producir y comercializar; así como opciones de crédito.
Duplicar la inversión para infraestructura de agua: Buscan que se aumenten los recursos públicos para garantizar su disponibilidad en el campo.
Decisiones con fundamentos sólidos, midiendo el impacto y escuchando a los productores: “Si se toman decisiones sólo desde los escritorios no podremos avanzar en sustentabilidad e innovación”.
Seguridad para trabajar: El Estado tiene que garantizar las condiciones mínimas para que los agricultores y ganaderos puedan trabajar sin miedo a las actividades ilícitas.