El agua, ese líquido vital para la vida, está escaseando y en muchos lugares cada vez es más común oír de un desabasto de agua.
Hoy en el mundo hay alrededor de 2 mil millones de personas que no tienen acceso al agua potable, es decir, aproximadamente el 26% de la población mundial.
Así, a la pobreza de millones y a la desigualdad entre la gente habrá que añadir la escasez de agua.
México no se queda atrás, en nuestro país 25 millones de personas viven en sequía extrema y solo el 58 por ciento de la población tiene acceso diario al agua en sus hogares.
Este desabasto de agua ha sido explotado por muchos y mediante la ilegalidad han lucrado con el agua, se aprovecharon de las concesiones de agua que entregó el gobierno y las vendían a terceros sin importarles para qué las usaban o si había gente que las necesitara más.
El actual gobierno ha visto esta explotación ilegal del agua y está tratando de detenerlo con una nueva Ley Nacional de Aguas que busca que este líquido vital y del cual todos tenemos derecho no pueda venderse o transferirse entre particulares.
En México y en muchas partes del mundo no conocen el agua potable y muy pronto serán cada vez más las poblaciones que dejarán de tener agua, se acerca un nuevo tiempo donde las poblaciones se morirán de sed y falta muy poco para que esta realidad nos alcance. Durante mucho tiempo los países se pelearon por el petróleo, ahora se avecina una guerra por la supervivencia, la guerra por el agua: tener o no tenerla marcará la diferencia.