Desplazan camiones de comida a restaurantes tradicionales en Puebla

Los Food Trucks, o camiones de comida, son un concepto gastronómico sobre ruedas que de a poco desplaza a los restaurantes tradicionales de Puebla por una combinación de factores: los platillos son más económicos para el cliente, las ganancias más elevadas para el dueño y los establecimientos son móviles, lo que significa que pueden moverse constantemente a los puntos de mayor afluencia de personas para conseguir compradores.

Debido a esta situación, los empresarios restauranteros los califican como una competencia desleal, pues incluso algunos de ellos no pagan impuestos ni servicios, como agua y electricidad.

Ante estos comentarios, la Asociación de Food Trucks de Puebla refiere que los 600 camiones que están en operación actualmente no son una competencia para nadie, sino una opción más para los poblanos y los turistas. Sobre el tema de sus obligaciones fiscales, sus integrantes aclaran que no es algo que dependa de ellos, sino que son las autoridades las que parecen no estar interesadas en regular su actividad.

El presidente local de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), Carlos Azomoza Alacio, explica que, desde la llegada de estas unidades de venta de comida sobre ruedas, que fue por el 2015, las ventas diarias de los lugares establecidos han disminuido hasta en un 20 por ciento.

Los negocios más afectados por esta innovadora forma de hacer y vender comida son los que se ubican en los municipios de San Andrés Cholula, Puebla y Atlixco, pues es donde existe mayor presencia de Food Trucks.

“Hemos detectado la proliferación de estos camiones que se han convertido en una real competencia que nos han ido desplazando. Son los más chavos o las nuevas generaciones los que están acostumbrados a consumir este tipo de comida porque es más económica y más rápida”, menciona.

El empresario asegura que un negocio fijo no puede competir con un establecimiento intermitente en cuestión de precios de un platillo, pues ellos deben invertir parte de sus ganancias para las nóminas del personal, gastos de servicios, como agua y electricidad, así como en permisos más elevados.

Ante este contexto, agrega que mientras un restaurante se queda con el 30 por ciento de ingresos netos, los camiones de comida callejera obtienen hasta un 70 por ciento.

“Esto es otro factor que también nos pone en desventaja, por lo que no podemos competir contra ellos. Su estructura no requiere de mucho personal ni de mucha inversión”, comenta.

Debido a esta situación, existen otros empresarios, como Felipe Mendoza Torres, presidente de la Asociación Poblana de Restaurantes y Prestadores de Servicios A.C. (Aprepsac), que ven este concepto como una competencia desleal.

Además, asegura que no todos los Food Trucks de la entidad se encuentran regularizados ante la autoridad competente, ya que algunos no pagan impuestos ni servicios.

“No digo que todos, pero algunos no están en igualdad de competencia y eso nos ha causado ciertas incomodidades. Todos tenemos derecho a trabajar, pero siempre y cuando tengamos un piso parejo”, declara.

Es por esto que el representante restaurantero hace un llamado a las respectivas autoridades municipales para que realicen inspecciones y operativos constantes a fin de regular a todos los negocios intermitentes.

“Todos son bienvenidos a trabajar y si cumplen con todo, pues nosotros no tendremos nada que decir, al contrario, a todos nos conviene que nos pongamos al corriente. Sin embargo, el incumplir con sus obligaciones fiscales debería ser acto suficiente para que sean acreedores a una multa”, agrega.

Otro tema que es de incomodidad para el sector restaurantero es que este tipo de negocios sobre ruedas se colocan enfrente de los negocios establecidos, lo que también los impacta económicamente.

Por lo anterior, pide a los ayuntamientos que impulsen un reglamento específicamente para regular esta actividad, de manera que les indiquen dónde pueden colocarse y dónde no, con el fin de que puedan operar sin afectar a nadie.

No son una competencia, son una opción más

Ante los comentarios mencionados, Donald García Milian, presidente de la Asociación de Food Trucks de Puebla, defiende a su sector diciendo que ellos no son una competencia para nadie, sino únicamente son una opción más de comida preparada para los poblanos y los turistas.

Expresa que los más de 600 camiones de comida que se encuentran actualmente activos en la entidad poblana tienen un público específico, siendo los estudiantes uno de ellos.

Refiere que su lista de alimentos se limita mucho a comida rápida, como papas a la francesa, papas gajo, tacos, hamburguesas, sushi, hot dogs, alitas y cerveza, por lo que tampoco pueden competir con restaurantes especializados que ofrecen productos gourmet.

“Confirmo que somos un sector que ha crecido demasiado y que hemos sido muy demandados por los jóvenes, pero a los restauranteros solo quiero dejarles un mensaje: que no somos una competencia, sino una opción más para enriquecer la buena gastronomía poblana”, defiende.

El empresario reconoce que una de las fortalezas de los Food Trucks respecto a los negocios establecidos es que ellos pueden mejorar sus ingresos acudiendo a diferentes eventos, como congresos y conciertos.

Sin embargo, los restaurantes también tienen sus respectivas ventajas, como ganancias más elevadas debido a que sus productos van dirigidos a otro tipo de personas e implican una preparación diferente.

“A lo mejor nuestro acceso a la movilidad sea un tema que les moleste, sin embargo, cada sector y cada negocio tiene sus propias ventajas que lo hacen diferente, y es algo de aprovecharse”, apunta.

A pesar de esto, hace un llamado para dejar a un lado las diferencias y trabajar de forma coordinada para seguir generando empleos y economía, así como para poner en alto la gastronomía poblana.

En lo respecta a los camiones que no están regularizados, David Maldonado, dueño de El BeerGarden, que es un espacio para los Food Trucks en San Andrés Cholula, comenta que esta situación no depende de ellos, sino que las autoridades no están interesadas en regular su actividad.

Señala que ningún ayuntamiento cuenta con una normativa para este sector gastronómico sobre ruedas, por lo que siempre les ofrecen permisos que son destinados para el comercio ambulante.

“No justifico a aquellos que trabajan de manera irregular, pero en el tema legislativo y regulatorio nos encontramos con muchas barreras para regularizarnos, por lo que el sector restaurantero piensa que nosotros somos una competencia desleal”, apunta.

El empresario asegura que ellos no están en contra de pagar lo que soliciten las autoridades, solo que los tomen en cuenta y que los dejen trabajar en espacios adecuados.

“A las autoridades les digo que nos den chance de realizar nuestras actividades como debe ser, no importa lo que nos pidan, pero téngannos en el radar. Apóyense de nosotros porque también podemos generar muchos beneficios económicos y de empleo”, subraya.

El Sol de Puebla se encargó de buscar a las autoridades municipales de Puebla, San Andrés Cholula y Atlixco, para conocer su postura sobre el tema, sin embargo, hasta el término de este reportaje no otorgaron ningún tipo de información.

Hacen lo propio para regularizarse y evitar molestias

Ante las críticas que sufren por parte de los restauranteros, así como por la falta de interés que tienen las autoridades para regularizarlos, los dueños de los Food Trucks en la entidad poblana han tomado medidas para formalizar sus respectivos negocios y evitar molestias.

En este sentido, Ailín Tovar, dueña de un camión gastronómico denominado “Neko Sushi”, relata que para dejar de estar en la informalidad muchas unidades han optado por organizarse y rentar terrenos baldíos, arreglarlos y convertirlos en zonas urbanas de comida.

Como ejemplo se encuentra El BeerGarden, en San Andrés Cholula, donde todos los dueños de Food Trucks venden libremente su comida, como sushi, hamburguesas y tacos, entre otros platillos.

Ahí pagan sus respectivos impuestos, permisos de funcionamiento, licencias de Protección Civil, así como servicios, entre los que se encuentran luz, agua y gas.

“No somos competencia, somos un negocio que conlleva sus inversiones como un gran restaurante; el sol sale para todos. Nosotros estamos organizándonos para regular nuestra actividad. Es por ello que ahora vemos muchos terrenos que se han habilitado para que podamos ofrecer nuestros platillos y darles una experiencia diferente a los comensales”, explica.

Ailín relata que otra acción que han aplicado para evitar molestias en otros sectores productivos de alimentos es alejarse de zonas aledañas a los lugares establecidos.

“Procuramos ya no ponernos ahí para dejar de causar incomodidades. Solo quiero decir que todos tenemos las mismas oportunidades y al final de cuentas será el propio cliente quien va a decidir a dónde comer (…) Espero que así como nosotros ponemos de nuestra parte, también nos apoyen cuando necesitemos algo para seguir creciendo”, añade.

Finalmente, la emprendedora refiere que, aunque existen otros camiones que siguen en la informalidad y que venden afuera de un restaurante poblano, han optado por variar el menú, pues de esta manera buscan vender sin afectar a nadie.

Jóvenes se inclinan por los Food Trucks

A fin de conocer las preferencias que tienen las personas en cuestión de alimentos, esta casa editorial entrevistó a un par de personas para saber su opinión sobre estos dos sectores.

Al respecto, Naomi Cinto, de 28 años de edad, explica que ella acude al restaurante o a los Food Trukcs, dependiendo de la situación en la que se encuentre y con quién esté en el momento.

Sin embargo, se inclina más por los camiones de comida, no solo porque lo que venden es más económico, sino porque la experiencia de comer al aire libre le gusta más, así como el contacto directo entre cocinero y cliente.

“Depende de la situación, si estoy en un momento informal, como con amigos o familia, la opción son los camiones, pero si estoy en una cita personal o de trabajo, los restaurantes son mejores (…) Dejando a un lado esto, prefiero los Food Trukcs porque van más con mi vibra y mis gustos”, destaca.

Por su parte, José Luis Beyo Gómez, de 30 años de edad, resalta que prefiere consumir alimentos en los camiones de comida, ya que el concepto se le hace más atractivo, divertido e innovador.

También lo hace porque busca apoyar a todas aquellas personas que se atrevieron a emprender un negocio de comida bajo este concepto, porque no implica tener un nivel económico alto.

“Los Food Trucks son perfectos para darle una oportunidad a aquellas personas, que no tienen tantos privilegios económicos, de emprender negocios de comida y bebida (…) El punto es apoyar a todos, pues estos lugares se ajustan al presupuesto de todos y son perfectos para la economía local. Creo que esta es una de mis principales razones por la cual los prefiero”, concluye.

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