Los primeros frentes fríos de la temporada azotan a los migrantes en Ciudad Juárez, en la frontera de México con Estados Unidos, en la que cientos de indocumentados llevan días varados entre el río Bravo y la cerca de navajas, con temperaturas mínimas de hasta 2 grados.
Un centenar de migrantes, incluyendo niños y mujeres, pernoctan a la altura de la puerta fronteriza 36, frente a la barricada de alambre de navajas que ha colocado Texas. Los migrantes soportan temperaturas cercanas al punto de congelación mientras esperan llegar hasta el muro para que Estados Unidos procese sus casos.
Pese a los dos frentes fríos que ingresan este jueves a México, pequeños grupos de migrantes siguen llegando hasta este punto, donde tienen que cruzar el río Bravo (río Grande en Estados Unidos) y esperar por días a la intemperie, sin agua ni alimentos, hasta que les permitan entrar.
Visitadores de la organización Plan Internacional México que acudieron a tomar sus testimonios señalaron que el 60 % de estas personas vienen huyendo de la inseguridad en sus países, pero encuentran más violencia ejercida por autoridades en México y por las políticas antiinmigrantes de Texas.
Sofía Carbajal, visitadora de dicha organización humanitaria, expresó a EFE que es muy cruel que, aun con niños, no les permitan entrar a territorio estadounidense.
“Llevan dos días aquí esperando cruzar, hay niños, niñas y adolescentes, y están en estas condiciones extremas, con temperaturas muy bajas de hasta 2 o 3 grados”, cuestionó.
Ciudad Juárez es uno de los puntos focales del flujo migratorio “sin precedentes” de México y Centroamérica, como ha advertido antes la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que a inicios de noviembre señaló un incremento anual de más del 60 % de la migración irregular que atraviesa territorio mexicano en 2023.