La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, arranca una visita oficial de tres días a México para hablar con el Gobierno de López Obrador sobre la producción y tráfico de fentanilo, un poderoso opioide que se ha convertido en un lucrativo negocio para los carteles y que ha tensado la relación entre los dos países.
Durante la visita oficial que empieza este martes y que concluirá el jueves, Yellen se reunirá con funcionarios del Gobierno de México y con representantes de la iniciativa privada para fortalecer la colaboración entre los dos países. “La secretaria Yellen se reunirá con sus homólogos del Gobierno mexicano para estrechar la cooperación en materia de tráfico de fentanilo y se reunirá con líderes bancarios en México para avanzar en el trabajo del Tesoro con el sector privado para frenar el financiamiento ilícito vinculado al fentanilo”, ha informado el departamento del Tesoro a través de un comunicado.
Está previsto que el jueves 7 de diciembre, Yellen tenga una reunión directamente con el presidente López Obrador. Un día antes, visitará un laboratorio de criminalística y hará declaraciones a la prensa sobre la lucha contra el fentanilo. Esa tarde tendrá una reunión con la gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja, después participará en un debate con estudiantes y economistas y pronunciará un discurso con motivo del lanzamiento de una moneda conmemorativa por el bicentenario de las relaciones bilaterales entre los dos países.
El fentanilo ha pasado en pocos años de ser el gran desconocido a acaparar las discusiones de política exterior entre ambos países, junto con el tráfico de armas y personas. Cada año mueren en Estados Unidos más de 100.000 personas por sobredosis de esta nueva droga sintética, 50 veces más potente que la heroína.
Las reuniones entre ambas administraciones llevan celebrándose de manera periódica cada tres meses, como parte de un esfuerzo conjunto por poner freno tanto a la producción de la droga, en México, como al tráfico de esta a través de la frontera estadounidense. En el último año el Gobierno de López Obrador ha incrementado las incautaciones de fentanilo y ha destinado más elementos del Ejército y la Marina para combatir a los grupos del crimen organizado que lucran con esta sustancia.
En pleno año electoral, el opioide se ha colado también en la campaña de los republicanos que acusan a Biden de no hacer lo suficiente para combatir el problema y lo han presionado para que imponga medidas más restrictivas al otro lado de la frontera. El mes pasado el presidente estadounidense se reunió con su homólogo chino, Xi Jingping, para tomar medidas contra las exportaciones chinas de precursores químicos con los que se fabrica el fentanilo, una demanda que lleva haciendo el Gobierno mexicano desde hace meses y que ya expresó la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, en la pasada reunión en Washington.
En esta ocasión, la secretaria Yellen trae bajo el brazo el encargo de profundizar la relación económica bilateral y crear “cadenas de suministro fiables y seguras”, a través de la creación de empleos “bien remunerados en toda América y aumentar las seguridad económica de ambas naciones”, según apunta el comunicado.
El Gobierno de Biden, por su parte, también anunció el lanzamiento de una “fuerza de choque” del Departamento del Tesoro que englobará inteligencia financiera e investigación contra el fentanilo, una sustancia mucho más barata de producir y más difícil de detectar que otras drogas.
Estados Unidos es el principal socio comercial de México y donde acaban el 80% de las exportaciones mexicanas. Mientras que las exportaciones a México contribuyen a mantener más de un millón de puestos de trabajo en EE UU. El comercio bilateral entre los dos países superó el año pasado los 850.000 millones de dólares y se espera que siga creciendo el año que viene.