Fueron encontradas bacterias de heces animales y humanas en cremas y quesos artesanales comprados en tianguis de la Ciudad de México (CDMX). Así lo confirmaron científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav).
Comprar productos lácteos en los mercados sobre ruedas es una actividad considerablemente común por parte de los habitantes de la CDMX.
Según la investigación, publicada en el Journal of Food Protection, los vendedores lo cortan y entregan con bolsas de plástico a manera de guantes. Asimismo, la crema de rancho se vende en vasos del mismo material.
¿Cómo se hizo la investigación?
Para la investigación se recolectaron muestras de 96 productos en tres tianguis de la alcaldía Gustavo A. Madero entre octubre de 2013 y septiembre de 2015.
Los quesos se exhibían detrás de un vidrio, mientras que la crema se guardaba en recipientes de acero sin tapa. En consecuencia, todos estos alimentos permanecieron sin refrigeración aproximadamente ocho horas.
Tras comprarlos se transportaron en hieleras a laboratorios donde se evaluaron sus condiciones microbiológicas con base en la Norma Oficial Mexicana NOM-210-SSA1-2014 sobre productos lácteos. Se buscaron bacterias E. coli, Salmonella spp., Listeria spp. y Staphylococcus aureus.
Encuentran presencia de bacterias riesgosas para la salud humana
El resultado arrojó que el 87.5 por ciento de las muestras de quesos frescos pasteurizados cortados al momento de venta, así como el 8 por ciento de las porciones de crema de rancho sin pasteurizar tuvieron una calidad microbiológica baja.
En otras palabras, los productos contenían bacterias presentes en heces de animales y humanos, explicó Teresa Estrada García, coautora del estudio e investigadora del Cinvestav.
Asimismo, una muestra de cada queso, así como tres de crema de rancho, excedieron los límites establecidos por la NOM para Staphylococcus aureus. Esta bacteria es capaz de provocar infecciones en la piel, huesos y pulmones.
La presencia de esta bacteria se asocia a la contaminación del alimento durante su producción o venta por heces de animales o humanos. Así lo explicó el Cinvestav a través de un comunicado.
No obstante, ninguna muestra arrojó resultados para Salmonella spp. ni Listeria spp. En contraste, sí se identificó la presencia de E. coli uropatógena. Esta es transmitida por alimentos y se asocia con infecciones en las vías urinarias.
La E. Coli se encontró en el 43 por ciento de las muestras de queso y en el 29 por ciento de crema de rancho.