Arrancará el nuevo gobierno con varias asignaturas pendientes, viejos y nuevos problemas que tendrá que resolver o mínimo enfrentar y disminuir, aquí un recuento muy breve de estas asignaturas pendientes.
En primer lugar, dos temas sin resolver que tienen que ver con la infraestructura económica del país son el rezago eléctrico y el abasto de agua. Si no podemos abastecer la demanda eléctrica que demanda la industria y la población y le añadimos la crisis del agua que ya afecta a centros urbanos más allá de las sequías, el país tendrá un corset que le impedirá su desarrollo.
En segundo lugar, otros dos problemas son la informalidad, pues hay 32 millones de mexicanos y el 54 % de la población trabaja en el sector informal de la economía, por lo que no tienen acceso al seguro social; además el déficit fiscal con que cuenta México representa 5.0 del PIB, algo no visto desde 1988, y nos obliga a disminuirlo con la inevitable reducción del gasto público.
Pemex es otra asignatura pendiente, ya que es un auténtico barril sin fondo y la petrolera más endeudada del mundo con 103 mil millones de dólares, a eso le sumamos el índice de corrupción que se mantuvo en el lugar 125 de 180 países evaluados durante el 2023.
Por último, otro par de asignaturas: una muy histórica es la dependencia del maíz, dependemos del abasto exterior en un 39%, y la asignatura reina es la inseguridad, el crimen y la violencia provocaron el fallecimiento de 180 mil mexicanos por homicidios dolosos, lo que estableció un récord del gobierno de la cuarta transformación.
El nuevo gobierno tendrá que enfrentar estas asignaturas pendientes y las que seguramente se presenten en el arranque del próximo sexenio.
Los problemas no tienen género, presidente o presidenta es otra cosa, pero las ideas, las ganas de cambiar las cosas y sus resultados son los que cuentan, el tiempo pasa y los problemas siguen ahí, no hay tiempo para la espera.