Washington. El crecimiento de la economía estadunidense fue más débil de lo previsto en el primer trimestre, hasta una tasa anualizada de 1.6 por ciento, frente a 3.4 del cuarto trimestre de 2023, según la primera estimación del Departamento de Comercio, difundida este jueves.
Los analistas esperaban un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2.2 por ciento entre enero y marzo, según el consenso de Market Watch. Estados Unidos publica su crecimiento a una tasa anualizada, que compara el PIB con el del trimestre anterior y luego proyecta la variación para todo el año al ritmo de esos tres meses.
En la comparación con el último trimestre de 2023, la economía se expandió apenas 0.4 por ciento en el primer cuarto del año.
El presidente Joe Biden, que busca la relección, saludó en un comunicado el “crecimiento regular y estable”.
“Pero tenemos más trabajo que hacer. Los costos son demasiado altos para las familias trabajadoras y estoy peleando para bajarlos”, sostuvo en una expresión que ha reteirado sistemáticamente con los datos de inflación y PIB.
La ralentización del ritmo de crecimiento se dio “principalmente por la caída del gasto de los consumidores, las exportaciones y el gasto público estatal y local”, explicó el Departamento de Comercio.
El consumo de las familias sigue siendo el motor del crecimiento de la mayor economía mundial. Aunque los hogares consumieron más servicios como cuidados de salud, servicios financieros o de seguros, gastaron menos dinero en comprar bienes.
También se produjo una caída del gasto del gobierno federal, según el informe.
Los consumidores, añadió el gobierno, siguen dispuestos a gastar “aunque se muestren más cautelosos ante los elevados precios”, afirmó el economista jefe de EY, Gregory Daco.
“De cara al futuro, vemos que la economía se enfría suavemente a medida que la moderación de la demanda de mano de obra (y) de los aumentos salariales, la persistente inflación y las restrictivas condiciones crediticias limitan la actividad del sector privado”, añadió.
Crecimiento sólido, expectativa por tasas
El crecimiento de la economía de Estados Unidos sorprendió en 2023, con cifras mucho más altas de las esperadas en un contexto de tasas de interés altas para combatir la inflación. Las tasas altas apuntan precisamente a encarecer el crédito y enfriar de ese modo el consumo y la inversión, bajando así presiones sobre los precios.
El año pasado, el PIB se expandió 2.5 por ciento frente a 1.9 por ciento de 2022, sustentado por un consumo sólido.
Y para este año, la Reserva Federal aumentó sus proyecciones en su última reunión de mediados de marzo, a 2.1 por ciento de crecimiento frente a 1.4 que esperaba antes.
También el FMI se mostró más optimista sobre el PIB de Estados Unidos que hace tres meses, con una expectativa de 2.7 por ciento de expansión frente a 2.1 en enero, según sus previsiones económicas actualizadas publicadas la semana pasada.
“El débil aumento del PIB en el primer trimestre marcará probablemente el tono para el resto de 2024”, según Ian Shephredson, economista jefe de Pantheon Macroeconomics.
Un repunte de la inflación en los primeros meses del año hace esperar al mercado que las tasas altas, en un rango de 5.25-5.50 por ciento decididas por la Fed, se mantengan al menos hasta septiembre.
El banco central celebrará su próximo encuentro de política monetaria la semana próxima.
El viernes deberían conocerse los datos de inflación en base al índice PCE, el más seguido por la Reserva Federal, clave tanto como los datos de empleo en sus decisiones sobre las tipos de interés.