De nuevo, Donald Trump retira a EU de la Unesco

París. El gobierno de Estados Unidos anunció ayer su salida de la Unesco por considerar que la agencia cultural y educativa de la ONU tiene un sesgo contra Israel y promueve causas divisivas, una decisión que el organismo lamentó.

Ésta es la segunda vez que el presidente Donald Trump ordena la retirada de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) después de 2018, cuando alegó sesgos antisraelíes. Su sucesor demócrata Joe Biden (2021-2025) restableció luego la membresía de Estados Unidos.

La directora general de la Unesco, la francesa Audrey Azoulay, dijo que lamentaba profundamente la decisión del presidente Trump de retirar de nuevo a Estados Unidos del organismo.

Sin embargo, este anuncio ya se esperaba, y la Unesco se ha preparado para ello, declaró al precisar que está mejor protegida financieramente que otras agencias de la ONU, y señaló que la contribución estadunidense de 75 millones de dólares anuales sólo representa 8 por ciento del presupuesto total de la organización.

Esta decisión de Washington, que será efectiva a finales de 2026, sigue a un pedido que Trump en febrero de revisar los compromisos estadunidenses en varias instancias de la ONU.

La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, describió a la Unesco como una entidad que promueve causas sociales y culturales divisivas y que se centra excesivamente en los objetivos de sostenibilidad de la ONU, los cuales calificó de una agenda ideológica globalista.

Bruce también cuestionó que la Unesco haya admitido a Palestina como un Estado, una decisión que contribuyó a la proliferación de retórica antisraelí en la organización.

Tras conocerse la decisión de Washington, el canciller israelí, Gideon Saar, saludó el retiro de Estados Unidos de la Unesco, un paso necesario, diseñado para promover la justicia y el derecho de Tel Aviv a un trato justo en el sistema de la ONU.

De su lado, la directora Audrey Azoulay respondió que estos argumentos contradicen la realidad de los esfuerzos liderados por la Unesco, especialmente para la enseñanza del Holocausto y la lucha contra el antisemitismo.

Tres retiros en 40 años

Es la tercera vez que Washington abandona la Unesco en el transcurso de 40 años.

En octubre de 2017, durante su primer mandato, Trump había anunciado la retirada de su país denunciando los sesgos antisraelíes persistentes de la institución. Este abandono, seguido por el de Israel, se hizo efectivo en diciembre de 2018.

La Unesco había provocado particularmente la ira israelí en julio de 2017 al inscribir la Ciudad Vieja de Hebrón en la lista del patrimonio mundial en peligro y al caracterizar a Hebrón, en Cisjordania ocupada, como una ciudad islámica, mientras los judíos, de los cuales algunos cientos viven hoy atrincherados en medio de 200 mil palestinos, reivindican allí una presencia de 4 mil años.

El presidente francés, Emmanuel Macron, reiteró ayer a la Unesco, con sede en París, su apoyo inquebrantable en un mensaje en la red social X.

Durante la administración Biden, Estados Unidos regresó a la Unesco y se comprometió a rembolsar íntegramente, según un pago escalonado, sus atrasos desde 2011, por un monto de 619 millones de dólares.

Tras la admisión de Palestina en la Unesco ese año, Washington había cesado toda financiación en virtud de una ley estadunidense que prohíbe financiar a una organización de la que forme parte el Estado palestino.

En 1984, Ronald Reagan también había retirado la participación estadunidense invocando la supuesta inutilidad y los excesos presupuestarios de la organización. Washington se reintegró en octubre de 2003.

Aunque abandone la organización marco de la Unesco, Estados Unidos seguirá siendo miembro del Comité del Patrimonio Mundial, que vota para designar los sitios protegidos por la organización, precisó una fuente cercana al expediente dentro del organismo.

Acostumbrada a los giros de Washington, la Unesco se esforzó en los últimos años por reducir su dependencia de los fondos estadunidenses, incrementando la proporción de contribuciones voluntarias, que se duplicaron bajo la dirección de Audrey Azoulay.

Esta decisión afectará sin embargo a nuestras actividades en los años venideros o nos obligará a buscar otras fuentes de financiamiento, agregó la fuente cercana al tema.

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