México camina a la elección de jueces y magistrados, esa gran
batalla del próximo 1 de junio donde se elegirán a todo el nuevo
poder judicial.
Es importante que lo que suceda el 1 de junio sea para construir un
mejor sistema judicial que tenga un estado de derecho como lo
tienen muchas naciones desarrolladas y ojalá dejemos atrás un
aparato judicial sustentado en gran parte por la corrupción y el
control de los dueños del dinero.
Cuando se habla de estado de derecho, se refiere a un sistema
jurídico que no está corrompido y funciona de acuerdo con
principios objetivos, en el que juristas experimentados examinan las
pruebas, buscan la verdad y deciden sobre la base de lo que
consideran genuinamente correcto, en otras palabras, es un sistema
judicial que trata de ser justo.
Lo anterior no significa que sea impecable y que no cometa errores
u ocasionalmente injusticias, pero sin duda sería más confiable y a
la gente le gusta poder confiar en su sistema judicial.
También hay que hacer énfasis que un país con un sistema jurídico
que funciona correctamente y donde hay fe en la ley es un lugar
atractivo, pues la gente puede planificar y pensar en el futuro, por
ende el estado de derecho no es simplemente algo deseable, sino
un elemento importante para la prosperidad futura.
Hoy existen varias naciones que tienen la presión de políticas
populistas y que no prestan atención a la importancia de tener un
estado de derecho provocando que esos países sean lugares donde
la gente obviamente no quiere estar.Todo lo que huele a arbitrariedad y a colocar el poder político por
encima del proceso legal debe evitarse, el estado de derecho es más
que un conjunto de normas administrativas con justicia, es una
virtud que habla de una nación que se quiere gobernar bien.
Por eso, todos los partidos y dirigentes que participan en este 1 de
junio deben buscar construir un sistema judicial que sea la base de
un estado de derecho que combata la ilegalidad, la injusticia, la
desigualdad y la pobreza.