EU arroja bombas y dice que no está en guerra contra Irán; se intensifica la oposición en casa

Washington y Nueva York. Donald Trump y su equipo de seguridad aseguraron este domingo que Estados Unidos no está en guerra contra Irán después de arrojar mega bombas y misiles Cruise contra ese país en coordinación con Israel, y que no está buscando el cambio de régimen en esa nación, mientras que un inusual coro de voces liberales y conservadoras acusan que fue una acción inconstitucional que podría llevar otra guerra estadunidense sin fin.

“No estamos en guerra con Irán, estamos en guerra con el programa nuclear de Irán. No tenemos ningún interés en un conflicto prolongado. Ningún interés en tener botas sobre el terreno”, aseguró el vicepresidente J.D. Vance en varios noticieros la mañana de este domingo. Agregó que “empatizo con los estadunidenses que están agotados después de 25 años de enredos en el extranjero en Medio Oriente. Entiendo la preocupación, pero la diferencia ahora es que en ese entonces teníamos a presidentes tontos. Ahora tenemos un presidente inteligente”.

Pero más tarde este domingo, en un mensaje poco claro en su red social, Trump indicó que tal vez un cambio de régimen sería bienvenido si Teherán no se somete a las demandas de Washington, preguntando “¿Por qué no habría un cambio de régimen?”.

ImagenFoto: @realDonaldTrump

Pero no todos compartieron esta evaluación (no la de la capacidad mental del presidente, sino del conflicto). En un mitin en Oklahoma, el senador Bernie Sanders caracterizó la nueva guerra como “groseramente inconstitucional”. Señaló que “la única entidad que puede llevar a este país a una guerra es el Congreso de Estados Unidos. El presidente no tiene ese derecho”, ante lo cual su público de miles corearon “No más guerras”. Por su parte, la diputada federal progresista, Alexandria Ocasio Cortez, declaró que la decisión de Trump para atacar a Irán “da claramente el fundamento para su impeachment”. 

El diputado republicano ultraderechista, Thomas Massie, dijo que “esto no es constitucional” – comentario que de inmediato fue condenado por Trump como “débil e inefectivo”. Otra diputada ultraderechista, Marjorie Taylor Greene, ya había declarado poco antes del bombardeo que “cada vez que Estados Unidos está al borde de la grandeza, nos involucramos en otra guerra…. No habría bombas cayendo sobre el pueblo de Israel si (el primer ministro israelí. Benjamin) Netanyahu no hubierabombardeado al pueblo de Irán primero”.

El influyente comentarista conservador, Tucker Carlson, y el ex estratega de Trump, Steve Bannon, han estado advirtiendo en contra de que Estados Unidos se sumara a la guerra contra Irán, aunque este domingo fueron más cautelosos en atacar a la figura que ayudaron elegir dos veces. “Lo que no quiere hacer es ser arrastrado aún más a esta cosa”, dijo Bannon en su podcast War Room. “Podrían decir que estoy limitando esta guerra, no soy parte de lo del cambio de régimen que quiere Israel, pero habrá mucha presión para hacer más”, advirtió.

Encuestas antes de la acción bélica del sábado mostraban que una mayoría de más de 60 por ciento de la población estadunidense se oponía a que las fuerzas armadas de Estados Unidos se involucraran en la guerra de Israel con Irán y, aún más significativos, una mayoría de los republicanos del partido del presidente se oponían. Tal vez por ello, Trump tiene que insistir que esta guerra no es una guerra.

Pero la mayoría de los políticos republicanos de manera disciplinada expresaron apoyo por su líder, como también varios demócratas. Opositores de ambos partidos han impulsado un proyecto de ley para obligar la aprobación del Congreso de cualquier guerra, pero por ahora eso no prosperará en esta coyuntura. La Casa Blanca justifica no necesitar la aprobación del Congreso para lanzar un ataque militar bajo la excepción constitucional en una emergencia en donde el país esta bajo amenaza de un ataque al señalar que Irán ha declarado “muerte a America” y sí estaba por tener un arma nuclear para lograrlo.

A pesar de la victoria cantada por el presidente del éxito del ataque en destruir completamente las instalaciones nucleares de Irán, el liderazgo militar estadunidense fue más cauteloso. El jefe del Estado Mayor, Dan Caine, declaró este domingo que los informes iniciales son de que se logró “daño severo y destrucción” del programa nuclear de Irán, pero advirtió que tomará tiempo para evaluar que tanto se había logrado hacer contra la capacidad nuclear de ese país.

Pocos aquí creen que ésta será una guerra de corto plazo. “Trump probablemente permitió a que Israel lo arrastrara a una guerra larga, aunque su intensidad podría variar”, declaro Trita Parsi, un experto sobre relaciones y negociaciones entre Estados Unidos e Irán y vicepresidente ejecutivo del centro de análisis Quincy Institute for Responsible Statecraft. “Aún si Trump quiere ponerle fin después de una represalia más o menos simbólica por parte de Irán, los israelíes lo presionarán para continuar bombardeando a Irán porque el programa nuclear no ha sido verdaderamente destruido. Y aún si es destruido, lo presionaron para atacar el programa de misiles de Irán, y después las fuerzas convencionales de Irán y así continuará. Y hemos visto que Trump es, al fin del día bastante vulnerable a la presión israelí”.

Versiones en los medios aquí confirman que Trump le solicitó al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, bombardear misiles anti-aéreos de la república islámica antes de los bombardeos por Estados Unidos, evidencia adicional de la cercana coordinación militar entre ambos países. Expertos opinan que es poco probable que el bombardeo estadunidense logró eliminar el programa nuclear de Irán y por lo tanto, que se prolongará este conflicto.

De hecho, una consecuencia a largo plazo del bombardeo estadunidense de Irán es que podría marcar el fin del esfuerzo internacional para controlar las armas nucleares a nivel mundial, indicaron varios expertos. “Dos estados con armas nucleares han bombardeado a un Estado sin armas nucleares, sin haber sido atacados. Esto sacudirá al mundo con más países concluyendo que necesitarán armas nucleares para disuadir a los estados que ya tienen armas nucleares”, señala Parsi.

Trump permaneció en la Casa Blanca este domingo, y en comentarios a reporteros le advirtió a Irán que “cualquier represalia contra Estados Unidos de América será enfrentada con una fuerza mucho mayor de la que se atestiguó [el sábado]”. 

El analista político veterano, Robert Kagan, escribiendo en la revista The Atlantic antes de que Trump ordenara el ataque del sábado, opinó que “no puedo pensar de nada más peligroso para la democracia estadunidense en este momento que ir a la guerra. Piensen como Trump podría usar un estado de guerra para fortalecer su control dictatorial en casa. Trump declaró un estado de emergencia nacional en respuesta a una ‘invasión’ inexistente de pandillas venezolanas – imagínense lo que hará cuando Estados Unidos esté realmente en una guerra con un país real, uno que muchos estadunidenses temen. ¿Tolerara la disidencia en tiempos de guerra?”

Kagan concluyó: “Hoy, el propio Estados Unidos está en riesgo de volverse una dictadura militar. Sus instituciones liberales democráticas se han estado desmoronando. El experimento de los fundadores podría estar llegando a su fin. Una guerra con Irán probablemente acelerará su deceso”. 

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