Freno a la amenaza de la derecha, consigna demócrata

Chicago. Fue la noche del gobernador Tim Walz, el recién coronado candidato a la vicepresidencia, en el tercer día de la Convención Nacional Demócrata, la cual giró entre la nostalgia representada por el ex presidente Bill Clinton a visiones de un futuro multiétnico y cultural que de cierta manera enarbola la candidata presidencial Kamala Harris.

Derechos gays, derechos de las mujeres, y otros derechos y libertades civiles, fueron algunos de los principales temas; todo, acompañado con una de las consignas de la campaña de Harris: no retrocederemos. Una y otra vez, se abordó la amenaza a todas las libertades civiles que representa Donald Trump, y la urgencia de frenar su agenda ultraderechista.

Estas convenciones son principalmente dedicadas a contar las historias de la candidata presidencial, y anoche, su segundo, el candidato a la vicepresidencia Walz, lo hizo de una manera sencilla para llegar a los votantes. Anoche se trazó la trayectoria de la vida de Walz, de cómo se crio en un pueblo rural, se sumó a las fuerzas armadas, después fue maestro de ciencias sociales en una preparatoria pública y fue entrenador de futbol americano antes de ser electo a la Cámara baja de un distrito conservador para llegar a ser el gobernador del estado de Minnesota.

Yo me enamoré de la enseñanza, declaró Walz al contar su historia, y de cuando decidió ser un político sin experiencia que logró ganar, advirtió: nunca subestimes a un maestro de educación pública. Subrayó que sus prioridades en esta campaña incluyen protección a los sindicatos, el acceso a la salud, defender el derecho al aborto e imponer controles sobre armas de asalto. Kamala Harris es fuerte. Kamala Harris tiene la experiencia. Kamala Harris está lista. Nuestra tarea, para todos aquí y los que están observando, es entrar a las trincheras y empezar a trabajar, enfatizó.

La meta, dijo, es construir un país donde los trabajadores sean primero, donde la salud y la vivienda sean derechos humanos y donde el gobierno se quede fuera de tu recámara. Su biografía de gente común, su retórica sencilla y su defensa de la decencia son parte de lo que lo hace un político efectivo en esta coyuntura; y eso encendió la convención anoche.

Poco antes de Walz, el ex presidente Clinton declaró: si votan por este equipo, si pueden lograr que sean electos, dejarán que entre aire fresco, y ustedes estarán orgullososo por el resto de sus vidas, sus hijos estarán orgullosos, sus nietos estarán orgullosos. Agregó: “escúchenlo de alguien que una vez fue llamado ‘el hombre de Hope (esperanza, el nombre del pueblo donde fue criado).’ Necesitamos a Kamala Harris como la presidenta de la alegría”.

Ayer se incluyó una sección sobre migración, empezando con la diputada Veronica Escobar, de El Paso, quien aseguró que Donlad Trump no conoce la vida en la frontera. Harris apareció por video para repetir su historia de cómo persiguió a narcotraficanres, cómo cerró túneles en la frontera y cómo promovió una legislación bipartidista para la línea divisoria negociada entre demócratas y republicanos, pero fue frenada por órdenes de Trump a la bancada republicana.

Entre los oradores, también desfilaron gobernadores de Michigan y Pensilvania, entre otros considerados claves porque definirán el resultado final de la elección nacional. Pero también se presentaron disidentes republicanos a la convención, incluyendo a la ex vocera de Trump Stephanie Grisham, y otros políticos que ahora apoyan a Harris desencantados con las políticas del magnate.

La gran estrella sorpresa de la noche fue Oprah Winfrey, una de las celebridades afroestadunidenses más popular e influyentes de este país. Tenemos que optar por el sentido común sobre el sin sentido, declaró, al referirse a la decisión entre Harris y Trump.

De hecho, fue un contraste notable con la Convención Republicana, donde no se invitó a George W. Bush ni a ninguno de su gobierno (todos los cuales rehúsan endosar a Trump en público), mientras aquí destacó la presencia de dos ex presidentes –Bill Clinton anoche, Barack Obama el martes– más un mensaje del tercero, Jimmy Carter, quien, a sus 100 años, dice que quiere vivir hasta la elección para emitir su voto por Harris (y contra Trump).

Fiesta para los delegados

Durante estos tres días, el Partido Demócrata ha logado crear una fiesta para los delegados en un encuentro del que ya todos sabían cuál sería el resultado. Sin duda, el legendario músico Stevie Wonder fue una de las estrellas más brillantres de la fiesta; ofreció un discurso lleno de lírica y culminó con su canción Higher Ground. Otros músicos incluyeron a John Legend y la estrella de country Maren Morris, quienes ofrecieron sus ritmos al público. Pero tal vez el uso más imaginativo de la música fue la presentación de las delegaciones estatales con canciones relacionadas a cada estado. Así, Michigan lo hizo con una rola de Eminem, California con una de Tupac Shakur, y la más gozada fue la del rapero Lil Jon en vivo al introducir a su estado, Georgia.

Pero no todos compartían en la oda a la alegría. Delegados que demandan a Harris para que apoye un alto el fuego inmediato en Gaza y suspender el envío de armas a Israel obligaron a que se registrara su descontento al no otorgar sus votos a favor de la nominación de la candidata en protesta simbólica, y cada día han realizado sesiones con medios donde, por ejemplo, médicos reportan las consecuencias de las bombas estadunidenses que Israel arroja sobre Gaza todos los días.

Pequeñas agrupaciones de activistas como Código Rosa han logrado interrumpir brevemente el programa y otros actos paralelos a esta convención, dejando caer mantas o gritando consignas. Dejen de matar a mujeres. Dejen de matar a niños, corearon activistas en un acto de campaña con Walz, mientras otros interrumpieron una entrevista en vivo de la ex presidenta de la Cámara baja Nancy Pelosi realizada por Stephen Colbert. En los hoteles donde pernoctan los delegados y otros invitados, varios activistas se paseaban con camisetas anaranjadas con leyendas: Israel mata a niños. Impuestos estadunidenses pagan por eso. En un parque a unas pocas cuadras del perímetro de seguridad alrededor de la arena donde se realiza la convención, banderas palestinas ondean con cientos de manifestantes, asegurándose de que sus gritos de protesta se escuchen en las afueras de este espectáculo político.

De hecho, la oposición dentro y fuera del partido ha obligado que el tema de Palestina tenga que ser abordado dentro de la convención y cada noche –aunque no siempre en hora pico– por lo menos un orador lo hace. Por ejemplo, ayer le tocó al procurador general de Minnesota, Keith Ellison, afirmar que Harris y Walz están escuchando, están de acuerdo con nosotros, sobre la urgencia de un alto el fuego.

Pocos minutos después, los padres de un ciudadano estadunidense rehén de Hamas en Gaza contaron su sufrimiento ante un coro de: que los regresen a casa. Pero anoche nadie contó del sufrimiento de los padres de los miles de niños que han muerto por bombas estadunidenses en Gaza.

Compartir:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *