El regreso de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos marca el inicio del movimiento del péndulo político hacia la derecha.
El mundo siempre ha sido así, durante un tiempo la tendencia era la izquierda y cuando las recetas se agotaron, se inició el movimiento del péndulo en sentido contrario, nada más que esta vez con Trump el péndulo llegará a la extrema derecha lo que promoverá un cambio mundial y el primer país será nada más y nada menos que Alemania.
En Alemania hay elecciones el 23 de febrero y todas las encuestas indican que la social democracia, que hoy gobierna el país, quedará en tercer lugar; la tradicional democracia cristiana, que un tiempo tuvo a Angela Merkel en el gobierno, será la segunda política y la ultraderecha se alzará con un triunfo electoral contundente. Sin duda, Alemania tomará un camino similar al de los Estados Unidos con Trump a la cabeza.
Pues han sido 2 años de recesión en Alemania, sin nuevos empleos y con atrasó en la tecnología; la locomotora alemana, que empujó la creación de Europa, hoy pasa por momentos de estancamiento y, como siempre sucede, cuando la gente no ve resultados sale a votar por lo que le pueda implicar un cambio y una esperanza.
Los alemanes se preparan para unas elecciones donde la extrema derecha obtendrá el mando del gobierno y Alemania será la primera ficha del dominó, luego vendrán otros países, hasta que el ciclo se agote; ésta ha sido la historia y no tiene porque ser diferente.
No tan solo llegó Trump y los dueños autócratas de las empresas que hoy dominan la información y desinformación, sino que con ellos vendrán nuevos cambios que pintarán un mundo mucho más radical e intolerante. Es doblemente preocupante una victoria electoral que legitime el uso del gobierno a favor de políticas de extrema derecha, por ello no podemos olvidar que de Alemania nació el fascismo alemán, que el sueño del Tercer Reich aún es recordado y vive en el corazón de muchos alemanes.
