Vecinos y población de la localidad de Granjas Polo Gamboa denunciaron desde el jueves pasado “olores fétidos” y “movimientos sospechosos” en los alrededores del crematorio Plenitud, en Ciudad Juárez. La policía municipal sentó presencia en el inmueble el viernes y lo que descubrieron dentro fue de horror. Hasta este lunes, la Fiscalía de Chihuahua ha confirmado el hallazgo de 383 cuerpos embalsamados de personas no identificadas, apilados, en descomposición y ocultos en el sitio. De acuerdo con información del Ministerio Público, muchos de ellos permanecieron depositados en ese lugar desde el año 2020.
La Agencia Estatal de Investigación ha aprehendido a José Luis N., de 50 años, y a Facundo N., por el presunto delito de inhumación, exhumación y respeto a los cadáveres o restos humanos. Ambos acusados serían los operadores de este crematorio, al cual al menos cinco empresas funerarias subcontrataron para la incineración de cadáveres, en algunos casos desde hace cinco años.
De acuerdo con la hipótesis de la Fiscalía, una gran mayoría de estos cuerpos fueron velados y posteriormente transportados al crematorio para su incineración y posterior entrega de las cenizas a sus familiares. Sin embargo, esto no habría sucedido así y se les habría entregado a los deudos algún otro material.
El fiscal general de Chihuahua, César Jáuregui Moreno, ha dado detalles sobre el inmueble, al que describió como una casa pequeña, con cinco o seis cuartos. “Es un caso atroz, es inédito […] Ahí estaban apilados [los cuerpos] por la negligencia criminal. […] Ninguno de los cuerpos es resultado de homicidio. Todos fallecieron por causas naturales y se respetaron los protocolos de entrega a funerarias”, ha detallado el titular de la Fiscalía.
“El manejo contraviene todas las reglas de disposición de cadáveres. No había cámaras de refrigeración ni condiciones mínimas de resguardo. Por eso, el lugar fue asegurado y se abrió un procedimiento administrativo que podría derivar en sanciones o en la revocación del permiso sanitario”, explicó el viernes Carlos Tarín, titular de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios de la ciudad fronteriza.
El fiscal de la zona norte de Chihuahua, Carlos Salas, ha descartado que bandas criminales estuvieran utilizando ese crematorio para ocultar cadáveres, por lo que no ve indicios de ese tipo de delito hasta el momento, ya que todos los cuerpos estaban debidamente identificados y contaban con documentación legal. Añadió que la acumulación se originó por la capacidad limitada del horno crematorio.
“Normalmente, las bandas criminales que operan en Ciudad Juárez no hacen esto, no embalsaman los cuerpos, ni los mandan a un negocio privado para incinerarlos. Ha habido grupos criminales en el Estado, sí los hay, que queman los cadáveres, pero no es el caso”, ha dicho este domingo al ser preguntado sobre el hecho.
Un portavoz del Ministerio Público en Chihuahua ha adelantado que el proceso de identificación será lento. Jáuregui Moreno le ha explicado a medios locales que habrá dificultad debido a que los restos están tratados con químicos para su conservación durante el proceso mortuorio y preparación para la incineración, lo que ocasiona que el ADN y otras sustancias que se necesitan para la investigación ya no funcionen. Hasta este domingo, de los 383 cuerpos sacados del crematorio, 288 ya han sido procesados por los servicios periciales.
(Con información de El País)