Por primera vez un huracán impactó las costas del Pacífico mexicano como categoría 5, la máxima en la escala de Saffir–Simpson. Otis arrasó con el puerto de Acapulco. Su paso destruyó viviendas, cultivos, hoteles, restaurantes, bares y diversos establecimientos. Más de 100 mil turistas se encuentran varados en este destino, la comida empieza a escasear y algunas tiendas de autoservicio ya fueron saqueadas.
Otis tocó tierra cerca de las 01:00 horas del miércoles con vientos máximos de hasta 260 kilómetros por hora. Su paso dejó incomunicado y sin energía eléctrica al puerto durante prácticamente todo el día; el servicio telefónico y de internet se cayó, mientras que la Autopista del Sol y la carretera federal fueron cerradas por el derrumbe de cerros y el desbordamiento del río Papagayo.
Las devastaciones se registraron debido a que el ciclón evolucionó, en menos de 12 horas, de tormenta tropical a huracán categoría 5, más fuerte que Paulina, que en 1997 provocó cientos de muertes en las colonias populares ubicadas en las partes altas.
El huracán tomó por sorpresa a las autoridades, quienes esperaban que impactara al menos cuatro horas después.
“Nos tardamos, porque sí pegó muy fuerte el huracán en Guerrero, en la Costa Grande, en Acapulco, en Tecpan, en todo ese tramo, Coyuca de Benítez, Juárez, Atoyac y otros municipios”, expuso el presidente Andrés Manuel López Obrador al iniciar la mañanera de Palacio Nacional.
Las primeras imágenes mostraron devastaciones y afectaciones de diversos establecimientos sobre la Costera Miguel Alemán.
Se apreciaron escombros, ramas de árboles y palmeras, autos varados, vidrios rotos, así como restos de fachadas sobre las calles del puerto, uno de los principales destinos turísticos del país.
En el lobby del hotel Princess Mundo Imperial quedaron cristales rotos, colchones, almohadas, cobijas y hasta un automóvil. Algunas habitaciones resultaron severamente dañadas.
Otros establecimientos devastados son Condominio Estrella del Mar, 100 por ciento Natural, El Presidente, Alma Enamorada, Romano Palace, la torre del bungee (colapsada), One Dollar, Red Lobster, Hotel Tortuga Acapulco y La Langosta Feliz.
También Antigua Restaurant Bar, Baby Lobster, Tío Alex, Bambú, Agencia Mini, Condominio Torre Azul, Kassandra Beach House, Señor Frog’s, Mercado, Texas Ribs y Emporio.
Además, tras la devastación se registró rapiña en tiendas departamentales ubicadas en la zona Diamante y la Costera Miguel Alemán.
Después del cese de la lluvia y losfuertes vientos, los negocios que resistieron el embate comenzaron a registrar saqueos.
Asimismo, el Aeropuerto Internacional de Acapulco detuvo sus operaciones hasta nuevo aviso.
En un recorrido hecho por MILENIO, en el poblado de Sabanillas, a 24 kilómetros del puerto de Acapulco, se pudo constatar que decenas de familias perdieron sus viviendas por el paso de Otis, así como sus cultivos. Además, quedaron incomunicados.
Ante la emergencia, el presidente López Obrador se trasladó a la zona junto a su gabinete de seguridad, integrado por los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval; de Marina, José Rafael Ojeda Durán; de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, y el comandante de la Guardia Nacional, David Córdova.
También viajaron el secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, Jorge Nuño, y la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez.
Activan plan de auxilio
Desde las primeras horas de este miércoles se puso en marcha el Plan DNIII-E de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), el Plan Marina y el Plan de Asistencia a la Sociedad en Casos de Emergencia de la Guardia Nacional para atender a la población afectada.
En un comunicado, la Sedena detalló que desplegó a 8 mil 391 elementos, 7 mil 671 de ellos pertenecientes al Ejército y Fuerza Aérea y 720 de la Guardia Nacional.
Además de mil 334 integrantes de la Fuerza de Apoyo en Caso de Desastre y 447 efectivos del Batallón de Atención a Emergencias.
Por su parte, alrededor de mil 330 trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) mantienen labores de restablecimiento de la energía eléctrica en la entidad, pues resultaron afectados más de 500 mil usuarios y, hasta el cierre de esta edición, ya se había restaurado el servicio a más de 202 mil personas.
El director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, informó que un grupo de respuesta inmediata conformado por médicos y enfermeras con experiencia en desastres naturales fue enviado para atender la emergencia.
“Estamos preparando cuadrillas de personal, abasto de medicamentos, fortalecimiento de personal, enfocándonos en los pacientes y en los propios trabajadores del IMSS”, dijo.
La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, se trasladó al Centro de Mando de Acapulco e instruyó a su gabinete hacer constantes recorridos para tener un panorama completo. Destacó que se priorizará el servicio hospitalario y llamó a la población a mantenerse en calma y en sitios seguros.
La mandataria estatal informó que se suspendieron las clases en todos los niveles educativos públicos y privados de la entidad.
Hasta el cierre de esta edición no se habían registrado muertes tras el paso de Otis; sin embargo, las autoridades aún no contaban con un saldo oficial sobre decesos, personas heridas y afectaciones materiales.
La Federación Mexicana de Asociaciones Turísticas (Fematur) informó que aproximadamente 100 mil turistas —en su mayoría nacionales— están varados en Acapulco.
El presidente de Fematur, Jorge Hernández, dijo a MILENIO que esta situación no se había visto desde hace 10 años, cuando se registró el paso de los huracanes Ingrid y Manuel.