En medio del conflicto en Gaza, el Ejército de Israel anunció una “pausa táctica” de once horas diarias en los combates en la región de Rafah, al sur de Gaza, para facilitar la distribución de ayuda humanitaria. Sin embargo, la Oficina del primer ministro Benjamín Netanyahu rápidamente desautorizó esta medida, insistiendo en que los combates continuarán “según lo planeado”.
El anuncio militar inicial especificaba que la pausa comprendería desde el cruce de Kerem Shalom hasta el Hospital Europeo de Jan Yunis, permitiendo el acceso exclusivo para el transporte de asistencia humanitaria entre las 08:00 y las 19:00 horas diariamente.
Daniel Hagari, portavoz castrense, aclaró posteriormente que esta decisión no implica un cese total de hostilidades en el sur de Gaza y restringe el uso de la ruta desmilitarizada únicamente al transporte de ayuda, excluyendo a civiles.
Las reacciones internas fueron diversas: el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, expresó su oposición a cualquier tregua que facilite la ayuda, argumentando la importancia de mantener la presión militar. Mientras tanto, Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas, afirmó que la medida podría fortalecer a Hamas al permitirle mantener el control sobre la población civil en Gaza.
Esta situación refleja las tensiones dentro del gobierno israelí respecto a la estrategia militar en Gaza, mientras persisten los llamados a una intervención más decisiva para enfrentar a Hamas.
La comunidad internacional observa de cerca el desarrollo de los eventos en Gaza, instando a la contención y al diálogo para buscar una solución pacífica en la región.
