La candidata demócrata a la Casa Blanca, Kamala Harris, aventaja ligeramente a nivel nacional a su rival republicano, Donald Trump, según una encuesta publicada el martes, cuando faltan cuatro semanas para las elecciones estadounidenses.
La vicepresidenta demócrata, de 59 años, cuenta con el 49 por ciento de las intenciones de voto en todo el país, frente al 46 p ciento de Trump.
Pero esto no es garantía de victoria el 5 de noviembre.
En Estados Unidos, las elecciones presidenciales se organizan por sufragio universal indirecto y se juegan realmente en un puñado de estados muy disputados, de Arizona a Míchigan, pasando por Pensilvania, Nevada, Carolina del Norte, Georgia y Wisconsin
Y ambos candidatos siguen muy igualados, sondeo tras sondeo, en una campaña salpicada de sobresaltos, desde la condena penal de Donald Trump hasta la retirada del presidente Joe Biden.
Estos comicios avivan las tensiones en una sociedad estadunidense ya de por sí al límite.
Estoy literalmente perdiendo horas de sueño por lo que está en juego en estas elecciones”, dijo Kamala Harris en una entrevista radiofónica el martes, en la que advirtió de los riesgos de otro mandato de Trump.
Dictador
“Creo que Donald Trump tiene ese deseo de ser un dictador“, advirtió.
Otro tanto vino a decir el candidato republicano, que descartó “tomarse un solo día libre” antes del día de la votación.
Me sentiría culpable”, declaró en un pódcast, comparando a su rival con “un niño” o “una persona con un coeficiente intelectual muy bajo”.
Los candidatos encadenan las entrevistas, a menudo con entrevistadores afines a sus causas, e intentan seducir a los votantes indecisos.
Harris intenta ganarse a una parte del electorado republicano partiendo de la hipótesis de que algunos moderados no quieren otra presidencia del millonario de 78 años.
Con un programa electoral vago pero centrista, la demócrata celebró la semana pasada un mitin con la excongresista republicana Liz Cheney, repudiada por Trump.
Y el martes reiteró su intención de nombrar a un republicano en su gabinete si resulta elegida en las presidenciales del 5 de noviembre.
Una estrategia que parece estar dando resultado.
En la encuesta de The New York Times, realizada con el Siena College, la candidata consigue el apoyo del 9 por ciento de los republicanos, en comparación con un 5 por ciento antes.
Su situación con los votantes musulmanes estadounidenses es delicada debido al conflicto en Oriente Medio.
Harris asegura que no quiere romper abiertamente con la línea de Joe Biden, que ha dado a Israel un apoyo casi incondicional. Pero es muy consciente de que podría costarle un precio en las urnas en unas elecciones en las que cada voto cuenta.
Un importante movimiento propalestino, hasta ahora muy crítico con los demócratas, se pronunció el martes firmemente contra Donald Trump, sin apoyar explícitamente a Harris.
El expresidente republicano intensifica esta semana sus mítines en todo el país, de Colorado a Nevada. El sábado irá incluso a un bastión demócrata: California.
El miércoles atacará a los demócratas sobre economía en Scranton, la ciudad natal del presidente estadounidense en Pensilvania.