George Gascón, el fiscal de distrito de Los Ángeles, abrió recientemente una investigación contra los hoteles de la ciudad. La fiscalía local inició la pesquisa después de conocer que el sector hotelero ha contratado a inmigrantes venezolanos sin papeles para que hagan el trabajo de empleados de limpieza y recamareras que están actualmente en huelga exigiendo mejores condiciones y salarios.
“El maltrato a trabajadores vulnerables y su explotación no será tolerada”, afirmó Gascón recientemente. Más allá de que las autoridades encuentren violaciones a los derechos de los trabajadores, el caso ha reabierto un viejo debate. Estados Unidos necesita más trabajadores. Y muchos de estos necesitan papeles para poder llenar las 9,6 millones de vacantes que hay en el país.
La Casa Blanca recibió este jueves a los alcaldes de Denver y Chicago. Estos iban en representación de un grupo de cinco regidores demócratas que solicita al Gobierno de Joe Biden agilizar los trámites para los permisos de trabajo temporal. Esto ayudaría a los miles de inmigrantes que viven en albergues a tener un sostén económico mientras las autoridades de inmigración resuelven sus casos. Esto ayudaría de paso a las ciudades a desahogar una emergencia humanitaria ante las cifras récord de cruces fronterizos que se han registrado en la presente Administración. “La crisis es que tenemos aquí a gente que desesperadamente quiere trabajar. Y tenemos empleadores que quieren contratarlos desesperadamente. Y tenemos a un Gobierno federal que se interpone entre los patrones que quieren contratar y quienes quieren trabajar”, aseguró Mike Johnston, el alcalde de Denver. Las ciudades han solicitado 5.000 millones de dólares para enfrentar la situación, pero Biden solo ha pedido al Congreso 1.400 millones.
A Johnston se le han sumado los alcaldes de Houston, Nueva York y Los Ángeles que, junto con Chicago, son las ciudades más pobladas de Estados Unidos. Todas están necesitadas de mano de obra. Los Ángeles, por ejemplo, lanzó esta semana una feria de empleo con la esperanza de llenar 7.000 vacantes de empleados municipales. Donde más se necesita es en el área de limpieza y servicios, donde están libres el 20% de las plazas.
“Si cada persona en paro encontrara trabajo de repente en Estados Unidos, aun así tendríamos cerca de tres millones de vacantes”, señala Stephanie Ferguson, la directora de empleo en la Cámara de Comercio de Estados Unidos. Solo 12 de 50 Estados del país cuentan con una fuerza laboral mayor a la que tenían antes de la pandemia. La recuperación económica en la gran mayoría de las entidades ha sido mucho más lenta por varios factores. Entre estos está el cambio de prioridades de muchos quienes han abandonado sus trabajos, jubilaciones anticipadas, pero también menor migración durante la emergencia sanitaria.
La migración neta estuvo en uno de sus puntos más bajos entre 2020 y 2021 en Estados Unidos. El país solo recibió 247.000 personas entonces. El índice tuvo un rebote en 2022, cuando se añadió más de un millón de personas. Fue el mejor año desde 2016 y sirvió para demostrar que la tendencia iba en dirección a recuperar los niveles prepandémicos. “Es claro que la caída de la migración a Estados Unidos ha hecho daño. El impacto a la fuerza laboral todavía resuena en nuestra economía”, escribe Jon Baselice, de la Cámara de Comercio.
Algunos economistas creen que expandir el número de visas H-2B que otorga Estados Unido ayudaría a resolver la escasez de trabajadores. El visado permite a trabajadores no agrícolas laborar por nueve meses. Este tipo de permiso es común entre los empleados de restaurantes, de la construcción y en las fábricas. Son algunos de los sectores donde más urge contratar a los patrones. El Instituto Cato (un think tank progresista) calculaba, en marzo de este año, que 1,8 millones de personas están atascadas a la espera de algún tipo de visado de trabajo.
El país otorga desde hace años unas 66.000 visas H-2B cada año. El modelo fue creado en los años 90 y se considera que la cuota es “arbitraria y anticuada” para una economía que se ha multiplicado por cuatro desde entonces. El Gobierno de Biden incrementó este tipo de visado en 2022 y hasta enero de 2025, cuando acaba la Administración. El Ejecutivo reservó 20.000 visados de trabajo temporal para los nacionales de El Salvador, Guatemala y Honduras, las nacionalidades que conformaron la primera gran oleada de migración en cuanto llegó a la Casa Blanca.
“Un límite mucho más alto, de hasta diez veces lo que se permite hoy, debería ser autorizado”, han señalado los economistas Gordon Hanson, de Harvard, y Matthew Slaughter, de la universidad de Dartmouth. Los académicos argumentan que aumentar el número de visados H-2B podría daría al Gobierno más herramientas para una migración legal y ordenada, uno de los objetivos del Gobierno de Biden.
El techo al número de visas H-2B se fijó para no afectar los salarios y condiciones de los trabajadores estadounidenses. Los economistas Michael Clemens y Ethan Lewis argumentaron en un ensayo de octubre de 2022 que las firmas que contrataban a este tipo de inmigrantes elevaban sus ingresos y también impulsaban “débilmente” la contratación de empleados locales. “Un incremento permanente [en el número de visas disponibles] puede inducir una mejor respuesta de inversión y en las contrataciones en todo el año”, señalan. La conclusión del estudio es que este tipo de trabajadores complementa la mano de obra estadounidense, no la sustituye, como afirman los sectores republicanos y conservadores.
La sugerencia de los economistas no solo es incrementar el techo para los visados temporales, sino también para los de trabajadores capacitados, conocidos como H-1B. Estos también sufren de un atasco importante en el sistema. Este año, el Gobierno recibió 780.000 peticiones, pero solo hay 85.000 disponibles para el año fiscal de 2024. En 2023, solo uno de cada seis solicitantes la recibió. Estados Unidos unidos tiene parte de los trabajadores que necesita. Pero estos no tienen papeles.