Las remesas de Estados Unidos a México seguirán creciendo este año, pero a un menor ritmo

Estados Unidos es el principal proveedor de remesas para México, pero el crecimiento registrado en los últimos años va a perder ritmo. Si en 2023 el dinero que los migrantes enviaron a sus familias aumentó un 8% con respecto al año anterior, este año se espera que el crecimiento sea solo del 3%. A pesar de ello, con un monto previsto de 65.000 millones de dólares para 2024, las remesas con origen en Estados Unidos seguirán siendo parte fundamental en la economía de muchas familias del país vecino.

Un estudio de Diálogo Interamericano realizado por Manuel Orozco y Patrick Springer subraya que una de las razones por las que el envío de capital será menor es la inflación. “Aún así, el volumen de emisiones continuará y desempeñará un papel central en las relaciones entre Estados Unidos y México”, señalan.

La inmigración está centrando el debate político con vistas a las elecciones generales en Estados Unidos y el Partido Republicano ha presentado varias iniciativas, no todas exitosas, para gravar las remesas. Precisamente el candidato a la vicepresidencia elegido por Donald Trump, J.D. Vance. presentó en diciembre del año pasado una propuesta para imponer una tasa al envío de dinero a otros países.

Propuesta de Vance

Con la propuesta de Ley de Retención de Ingresos Ilegales que Ingresan a los Mercados de Drogas (WIRED, por sus siglas en inglés), Vance quiere imponer una tasa del 10% a las remesas. Según el senador por Ohio, buena parte del dinero que los mexicanos envían a su país no es para aliviar la precaria situación familiar sino para engrosar los fondos de grupos criminales. “Esta legislación es una solución de sentido común para desincentivar la inmigración ilegal y reducir el poder financiero de los cárteles”, justificó en su presentación. El dinero embolsado con estos impuestos se destinaría a un fondo para proteger la frontera de la inmigración, según la propuesta, que se ha remitido al Congreso de Estados Unidos.

La iniciativa de Vance copia la única legislación al respecto que está en vigor, en el Estado de Oklahoma. Desde 2009 este Estado ingresa una tasa de cinco dólares por cada remesa inferior a 500 dólares y del 1% para cantidades superiores.

J.D. Vance Kamala Harris
J.D. Vance habla con los medios St. Cloud, Minnesota, este 28 de julio.Stephen Maturen (Getty Images)

La idea de cobrar a los inmigrantes por enviar dinero a sus países no es nueva en el Partido Republicano. También Trump lo intentó en 2017, con un impuesto del 2% para las transferencias que se destinaría a construir el muro de la frontera. Su retórica antiinmigrante de entonces continúa en la campaña actual, equiparando migrantes en situación irregular con delincuentes. La iniciativa no salió adelante, pero ha seguido en la órbita republicana y varios gobernadores del partido conservador han promovido medidas similares.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, recuperó la propuesta el año pasado cuando se postuló a la candidatura para la presidencia. DeSantis criticó a Trump por no haber sido capaz de hacer que los mexicanos pagaran la construcción del muro, promesa estrella de su campaña de las elecciones de 2016, y se comprometió a financiarlo cobrando un impuesto a las remesas. El gran jurado que estableció en su Estado para evaluar la crisis migratoria cuando las entradas irregulares en la frontera sur alcanzaban máximos, afirmó en su informe que las remesas se usaban para pagar a las redes de coyotes que introducen a los migrantes ilegalmente en el país. “Los grupos criminales mexicanos se han apropiado de las remesas enviadas a través de bancos estadounidenses para su propio interés”, recoge el informe, donde se asegura que “el auge de las remesas coincide con precios más altos de las drogas sintéticas y aumento de las muertes por sobredosis de drogas”, por lo que recomiendan cobrar un impuesto del 1,5% de las transacciones realizadas desde Florida.

Otros Estados han seguido la estela de Oklahoma. En Georgia, Iowa, Nebraska y Pensilvania iniciativas similares han acabado en la papelera. Este año, Ohio, Pensilvania y Arizona han iniciado nuevos trámites para aprobar el impuesto, que iría desde el 7% hasta el 30% que el Estado fronterizo con México quería gravar a los inmigrantes en situación irregular que enviaran dinero a su país.

La aprobación de una tasa para las remesas tendría consecuencias negativas en la economía mexicana. “Dado que la dependencia de las remesas es relativamente alta en comparación con las últimas dos décadas, cualquier impuesto aplicado afectará negativamente a la economía mexicana de gran manera”, recoge el informe.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha incluido las remesas en sus planes económicos y durante su mandato los envíos de los migrantes pasaron del 2,8% del PIB en 2019, al 4,2% en 2023.

López Obrador, presidente de México, muestra una gráfica sobre el ingreso de las remesas en una conferencia de prensa en febrero de 2023.
López Obrador, presidente de México, muestra una gráfica sobre el ingreso de las remesas en una conferencia de prensa en febrero de 2023. Daniel Augusto (Cuartoscuro)

De todas las remesas que recibe México, un 96% proviene de Estados Unidos. Entre 2017 y 2022, el dinero enviado desde el vecino del norte ha experimentado un crecimiento de dos dígitos, y durante tiempos de pandemia (2020-2022) llegó al 41%.

La desigualdad social y económica que sufren millones de mexicanos les empuja a buscar mejores condiciones en Estados Unidos y, una vez que tienen ingresos, envían parte para ayudar a la familia que se ha quedado en su país de origen.

El crecimiento de las remesas de los años pasados se debe a varios factores, pero sobre todo al aumento de la migración y a una mayor frecuencia de los envíos. En los últimos cinco años, el número de inmigrantes mexicanos que viven en Estados Unidos ha crecido un 18%, de 11,5 millones a 13,6 millones de personas. Los aumentos se han producido tanto en forma de entradas irregulares como de migración autorizada.

20.000 nuevos remitentes al año

Además, los mexicanos han ido aumentando el tiempo que permanecen en Estados Unidos. En 2010 el tiempo promedio era de 12 años, pero se espera que llegue a 23 años en 2024. Una estadía más larga de los que ya se encuentran en el país y la llegada de más migrantes han contribuido a que cada año 20.000 nuevos remitentes se sumen al envío de remesas. El año pasado más de 10 millones de personas enviaron dinero a México desde Estados Unidos.

En cuanto a la frecuencia, si en décadas pasadas se realizaban entre 10 y 12 envíos anuales por persona, en 2023 se hicieron 15, con una media de 487 dólares por transacción.

Las previsiones de los expertos son de que en los próximos años, aunque a ritmo menor, las remesas continúen aumentando, al igual que se espera que crezca la llegada de migrantes, ya sea de forma legal o ilegal. Para que los envíos se mantengan al alza “requerirán una emigración continua, relaciones constructivas entre Estados Unidos y México en temas relacionados con la migración y las remesas, y salud macroeconómica en Estados Unidos”, apuntan Orozco y Springer. Factores que dependerán de quién gane la carrera a la Casa Blanca el 5 de noviembre.

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