Hace no mucho el control político y económico de buena parte del mundo lo tenían un puñado de empresas automotrices, petroleras y las famosas tres hermanas de los Estados Unidos, incluida la United Fruit que ponía y quitaba gobiernos de otros países.
Pero esto ya cambió, no sé si para bien o para mal, el mando hoy lo tiene un grupo de autócratas que controlan el mundo de las redes sociales.
Cuando llegaron las redes muchos celebraron la libertad de expresión, el rompimiento del monopolio de la información que tenían los medios tradicionales y sus creadores aparecieron como los nuevos libertadores, casi dioses contemporáneos, que abrieron las puertas de la comunicación entre la gente y los gobiernos.
Sin embargo, poco a poco surgió su nuevo rostro, haciéndose con el control del pensamiento de la gente y la clara injerencia en los procesos electorales.
Elon Musk y Mark Zuckerberg son sin duda los nuevos dueños del mundo, además, Musk es el hombre más poderoso y a la vez el más peligroso, incluso su influencia es superior a la de los presidentes Putin de Rusia y Xi Jinping de la China.
Mientras que los líderes políticos tienen que rendir cuentas a sus congresos o electores, Musk no tiene esa necesidad, no tiene límites, es temerario y ocurrente, conoce su poderío y lo usa sin ningún recato, por lo mismo en muchas ocasiones actúa irresponsablemente.
Ahora lo importante es quién manipula la información y este nuevo grupo de empresas son las que mandan, se vio en la toma de posesión de Donald Trump y se verá en todos los eventos políticos, la United Fruit o las petroleras son verdaderamente almas de la caridad ante el protagonismo e intervencionismo político de Elon Musk.
Los gobiernos del mundo, los congresos del mundo, los líderes religiosos y académicos aún tienen la oportunidad de actuar y regular la conducta que hoy se muestra desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos.
La ruta de los nuevos autócratas está marcada por lo que pase en Hungría, Alemania y sobre todo en el sometimiento de los líderes a la influencia de quienes controlan y manipulan a la gente. Si no se hace algo podemos terminar diciendo: aquí vive el presidente, pero el que manda está en el otro lado, principalmente este puñado de autócratas que hoy controlan muchas decisiones y que pronto serán los dueños del destino de la humanidad.