Ciudad de Guatemala. El presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, confirmó el miércoles que familias mexicanas cruzaron la frontera de Guatemala en busca de refugio, huyendo de la violencia que azota el sur de México.
Los refugiados mexicanos habrían llegado a por lo menos dos comunidades en el país vecino y suman ya unas 580 personas, entre niñas, niños, mujeres, hombres y ancianos, explicó la Secretaría Ejecutiva de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), ente que integra el grupo de instituciones que le brindarán atención a las personas movilizadas.
Arévalo explicó en una rueda de prensa, durante la visita a la construcción de un hospital en el departamento de Sololá, que las familias mexicanas que cruzaron la frontera “están escapando a la confrontación entre grupos que tiene lugar del lado de México”.
Empezaron a llegar el martes desde Chiapas —un estado donde la violencia se ha disparado por las pugnas entre organizaciones relacionadas con el narcotráfico— hasta varios puntos del municipio de Cuilco, en el departamento de Huehuetenango de Guatemala, según contó a The Associated Press la CONRED.
Del lado mexicano, la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana de Chiapas dijo que no había recibido reportes de desplazamientos en la zona.
Ni la Cancillería ni la Guardia Nacional mexicanas respondieron inmediatamente a un pedido de comentario sobre mexicanos que huyen y buscan refugio en Guatemala.
El Cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación, que mantienen una sangrienta batalla en muchos puntos de México, llevan ya más de un año, sobre todo en la zona fronteriza con Guatemala, en pugna para controlar las rutas del tráfico de migrantes, drogas y armas.
Por su parte, el gobierno guatemalteco, indicó el presidente Arévalo, coordina atención para ellos a través del Ministerio de Defensa y autoridades locales del departamento de Huehuetenango y de la Municipalidad de Cuilco.
Según un informe al que tuvo acceso AP sobre esa atención para los refugiados mexicanos en Guatemala, las familias desplazadas denunciaron que decidieron abandonar sus hogares ante la escasez de alimentos y la conflictividad entre grupos del crimen organizado en esa zona.
Entre los desplazados estaba una anciana de 91 años, diabética que no pudo sacar sus medicamentos y por complicaciones habría fallecido en el trayecto, según el informe. Un niño que había sido operado en su comunidad recibe tratamientos postoperatorios para su recuperación.
La pobreza en comunidades indígenas de Chiapas, sumado a la violencia, ha generado desplazamientos de varias comunidades. Desde el 2024, miles de mexicanos han huido desde el sur en busca de refugio debido a la violencia de grupos del narcotráfico y los constantes enfrentamientos que han dejado varios muertos y desaparecidos.