Las elecciones en Estados Unidos pasaron, Trump va a regresar a la Casa Blanca y la realidad sigue ahí.
Los norteamericanos escogieron entre el jinete rojo o el azul, ellos tienen un establishment que ha marcado las reglas de operación de su país dentro de unos márgenes donde se mueven las cosas, pero el establishment manda y tienen el privilegio de elegir qué jinete les gusta más, los dueños de los caballos y del establo son ellos.
Es la realidad de una sociedad norteamericana a la que todos los migrantes quieren ir en busca de un sueño, aunque para muchos ya es una sociedad en decadencia, ellos son los dueños del dinero y la mayoría de latinoamericanos, dueños de la necesidad de comida y empleo, tratando de evitar a la pobreza como destino.
La migración seguirá siendo el tema a resolver, ha sido la asignatura pendiente y la seguirá siendo mientras no se resuelva integralmente el tema, y es que uno recorre los Estados Unidos y la propia Europa y se hace evidente la necesidad de mano de obra que haga funcionar los negocios, establecimientos sin meseros o construcciones sin los suficientes trabajadores, es ese renglón del empleo que los americanos y los europeos se niegan a realizar y eso explica que muchos dejen su país en busca de un trabajo en Estados Unidos, y que en la época de Biden otorgó visas de trabajo y que les permitió a muchos resolver el hambre que traen en la espalda desde hace muchos años.
Se requiere que los gobiernos que necesitan a los migrantes realicen un diagnóstico de cuánta mano de obra se requerirá en la próxima década y se otorguen las visas correspondientes para que la gente migre legalmente y no sean objeto de los traficantes que los introducen a los países de destino, ya sea por tierra o por barcazas que cruzan el Mediterraneo.
Más allá de quién gobierne en Estados Unidos o España, Inglaterra o Alemania se requiere un acuerdo migratorio que permita a las economías operar al cien por ciento, los migrantes pagan impuestos y se puede despresurizar la migración ilegal que pone en riesgo muchas, pero muchas cosas. El acuerdo migratorio debe ser parte de un tratado comercial, más allá si gobierna Trump o quién elijan en el futuro los electores de los Estados Unidos, sin un acuerdo migratorio o sin fábricas en el sur para que la gente viva donde nació, la realidad, esa realidad, seguirá siendo la misma.