En Quintana Roo, los estudiantes de educación básica y media superior, ya sean de escuelas públicas o privadas, tendrán la opción de utilizar un uniforme neutro. Esto implica que tanto niños como niñas podrán elegir entre faldas o pantalones, como parte de su uniforme escolar, sin restricciones ni estereotipos de género.
El Congreso local aprobó una reforma a la ley estatal de educación para insertar la figura de “uniforme neutro común”, estrategia de igualdad que consiste en la libre elección de los estudiantes.
La propuesta, que había sido planteada desde el 29 de septiembre de 2022 por la diputada priista Elda Candelaria Ayuso Achach, obtuvo 17 votos a favor de los diputados y ninguno en contra.
“Hubo quienes mencionaron que este proyecto promovía actos de rebeldía o de permisividad absoluta. No se trata de hacer polémica o dividir opiniones. Esta reforma promueve actos de respeto absoluto a los derechos de las niñas, niños y adolescentes”, explicó.
Ayuso dijo que la reforma no sólo permitirá promover el derecho a la personalidad de los estudiantes, sino que contribuirá a finalizar la era estereotipada del uniforme escolar, generando una sociedad más igualitaria, equitativa e inclusiva.
“El uniforme no tiene género y el derecho a la educación y a aprender no va condicionado a un pantalón en lugar de falda. El aprendizaje no se genera con la ropa que se trae puesta, pero sí con las herramientas de sus profesores y del ambiente escolar seguro”, subrayó.
Respeto a la dignidad humana
Como parte de las modificaciones planteadas en la iniciativa, se obligará al Estado a tomar en cuenta la suficiencia presupuestal para realizar la entrega gratuita de uniformes opcionales.
“La educación es una herramienta para el desarrollo y las escuelas deben ser los lugares seguros donde nuestros estudiantes lleven este proceso y la mejor forma de llevarlo es siendo estudiantes seguros y seguros de sí mismos y que el respeto a la dignidad humana sea una realidad”, agregó.
Como parte de las estrategias necesarias para asegurar la correcta implementación de esta reforma, se requerirá que las instituciones educativas, ya sean públicas o privadas, desarrollen un plan específico destinado a eliminar los estereotipos de género que puedan propiciar la discriminación y la desigualdad entre los estudiantes y el personal docente.
Estas estrategias deberán abordar diversos aspectos, tales como la vestimenta, el corte o color de cabello, la apariencia, las actitudes e incluso las creencias. Las medidas se aplicarán tanto en la educación básica como en la educación media superior, y las instituciones que impongan restricciones basadas en uniformes tradicionales podrán enfrentar sanciones por infracciones.
