El actual sistema político de México tiene muchos vicios que han desviado la intención real de un sistema democrático y sobre todo de una auténtica representación política.
Venimos de un sistema de partido único que durante décadas manejó el destino del país y las otras fuerzas políticas estaban prácticamente en la clandestinidad, algunas incluso ante el control político de la época optaron por la guerrilla.
En ese entonces la cámara de diputados era de 237, hoy después de varias reformas electorales la cámara es de 500 diputados, unos de mayoría y otros pluri. Podemos decir que están casi todas las fuerzas representadas, pero en muchos casos hay vicios en la sobre representación, como el nepotismo y el uso de pluris para las dirigencias de los partidos.
Hoy se ha decidido hacer una nueva reforma electoral que busca adecuar el sistema político, en particular el congreso, para que estén representadas todas las fuerzas políticas del país con eficacia; además de hacer un sistema mucho más sencillo, sin tantos gastos y con un mayor uso de la tecnología.
Sin embargo, el INE que debería de estar más al pendiente de esta reforma no parece tener prisa por intervenir, pero es necesario que el INE participe para que su experiencia de tres décadas sean los cimientos de una nueva reforma.
La comisión que está haciendo la reforma tiene que escuchar lo que el pueblo pide, que sea la voz y la voluntad del pueblo y evitar que regrese el partido único del cual nos costó mucho salir, pero también debe poner un alto a las grandes y exuberantes campañas de los partidos porque no es posible que el pueblo esté pobre y los políticos gasten el dinero en panfletos que se van a la basura.
Ojalá la nueva reforma, que de aprobarse iniciará en 2030, logre eliminar los vicios y no sea la construcción del regreso al partido único que tenía el control político de todo México y se ahogaban en él todas las expresiones minoritarias de pensamientos contrarios al régimen.
Aquí lo importante no es que sean 500 diputados y 128 senadores, lo cuantitativo es solo una expresión, lo cualitativo debe ser el fondo de la reforma: no más nepotismo, no más dinero para que gane el que lo tiene y pierdan las ideas. En fin, una reforma que sea para mejorar nuestra representación democrática y no para regresar a un sistema que supuestamente ya se fue.