“Regresamos a casa contentos”: obispo cierra la 135 Peregrinación de Querétaro al Tepeyac

“Regresamos a casa contentos. Que Dios te bendiga, que Dios los bendiga.” Con estas palabras concluyó su homilía el obispo de la Diócesis de Querétaro, Fidencio López Plaza, durante la misa de llegada de la columna varonil a la Basílica de Guadalupe, como parte de la 135 Peregrinación a Pie al Tepeyac.

Frente a los miles de asistentes reunidos en el atrio, el obispo pidió a los peregrinos no considerar terminado su compromiso con la fe, y los exhortó a ejercer lo vivido durante los prácticamente dos semanas de recorrido como un modo de vida permanente. 

“Dios goza cuando sus hijos peregrinos se consumen sirviéndolo en los demás. Por eso no podemos regresar a casa titulados en comunión sin ejercer ese título”, expresó.

López Plaza habló de la peregrinación como una “escuela de comunión y fraternidad” que, al concluir, deja enseñanzas que se resumen en la oración del Padre Nuestro. 

La presentó como una síntesis del evangelio que enseña a los creyentes a relacionarse con Dios como padre, con los demás como hermanos y con la creación como administradores fieles. Añadió una cuarta relación: con uno mismo como un don para los demás.

La misa de la columna varonil comenzó alrededor de las 15:30 horas de este sábado. Por la mañana, a las 10:00, se celebró la eucaristía con la columna femenil. En ambos actos litúrgicos, el obispo insistió en tres consejos tomados del evangelio y del Padre Nuestro: pedir, buscar y tocar.

“Pidan y se les dará”, dijo, explicando que esta actitud es propia de quienes reconocen que no pueden alcanzarlo todo por sí mismos. Afirmó que Jesús imaginaba a sus hijos como personas conscientes de su fragilidad, necesitadas de unidad y libres de orgullo.

Sobre el segundo consejo, “buscar y encontrarán”, el obispo señaló que implica moverse. “Así ve Jesús a sus seguidores: como buscadores permanentes de Dios y su justicia”, dijo. Recordó que el papa ha comparado a la Iglesia y a los peregrinos con una bicicleta: si no se mueve, se cae.

Finalmente, sobre “toquen y se les abrirá”, explicó que tocar o gritar es llamar a alguien para ser entendido. En ese acto, señaló, hay una invitación a acudir a la misericordia de Dios, “padre rico en amor” que busca a quienes se han extraviado.

Durante la misa con las mujeres, López Plaza saludó a las más de 23 mil peregrinas que caminaron durante 17 días desde Neblinas hasta la Ciudad de México, y reconoció también a los seis mil ciclistas que llegaron por su cuenta. Afirmó que, junto con los 35 mil peregrinos que participaban en la misa general, la diócesis se encontraba reunida ante la imagen de la Virgen de Guadalupe.

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