Washington y Nueva York. El enfoque bélico de Donald Trump en las semanas recientes, que incluyó el envío del “portaviones más grande del mundo” como ancla del mayor despliegue naval de la historia en el Caribe para amenazar a Venezuela y sus aliados, de pronto dio un giro hoy a… Groenlandia, y el gran anuncio de que Estados Unidos inaugurará un programa para construir una “flota dorada” de 20 acorazados que, claro, serán bautizados como buques de guerra “clase Trump”.
En una conferencia de prensa convocada en su residencia y club privado Mar-a-Lago, ubicado en Florida, a donde también se presentaría sus secretarios de Guerra y de Estado, se esperaba posiblemente un anuncio de acciones bélicas contra Venezuela, pero aunque se abordó brevemente el tema, Groenlandia y los acorazados sustituyeron al país sudamericano en los anuncios.
El presidente se quejó de que mientras trabaja en temas muy importantes, como la fuerza naval y la reducción de precios de medicinas recetadas, los medios no dejaban de enfocarse en Jeffrey Epstein. Pero la mayor sorpresa del día fue Groenlandia y su deseada adquisición, tema que había sido abandonado desde principios de su presidencia.
Al confirmar el nombramiento de su enviado especial para Groenlandia, Trump afirmó que ese territorio es vital para Estados Unidos. “Lo necesitamos para la seguridad nacional. Debemos tenerla”.
“Si Maduro quiere jugar rudo será lo último que haga”
Pero Venezuela no fue olvidada, aunque el tema se abordó sólo porque los medios preguntaron. “Tenemos una armada masiva formada, por mucho la más grande que jamás hayamos tenido en Sudámerica”, respondió el republicano en torno a cuál era el objetivo de su gobierno ahí, y si quería que el presidente Nicolás Maduro dejara el poder. “Él puede hacer lo que quiera. Si desea hacer algo, si quiere jugar rudo, será la última vez”.
Horas antes, su secretaria de Seguridad Interna, Kristi Noem, fue más directa en una entrevista en Fox News, donde declaró que Maduro “tiene que estar fuera”. Pero Trump evitó repetir esa instrucción directa cuando un periodista insistió sobre si el objetivo estadunidense era sacar al mandatario venezolano. “Le corresponde a él hacer lo que quiera. Pienso que sería inteligente que haga eso (dejar el poder). Pero, otra vez, lo veremos”, insistió.
Con la presencia de sus secretarios de Estado, Marco Rubio, y de Guerra, Pete Hegseth, detrás de él, Trump repitió que los bombardeos a las embarcaciones en alta mar habían frenado 92 por ciento de las drogas que ingresan por vía marítima a Estados Unidos, y que pronto se iniciarán ataques terrestres contra narcotraficantes.
Cuestionado por un periodista si eso era sólo con Venezuela, el jefe de la Casa Blanca respondió: “no, cualquier lugar desde donde las drogas llegan”.
Trump confirmó que platica con empresas petroleras estadunidenses cuyas operaciones en Venezuela fueron expropiadas en el pasado, pero no brindó detalles.
Confirmó de nuevo que Estados Unidos se quedará con el petróleo interceptado en costas de Venezuela y que el Guardacostas seguía persiguiendo un tercer buque petrolero que procedía hacia Venezuela, pero que supuestamente ha dado la vuelta.
Petro es muy malo: magnate
En la conferencia de prensa en ese punto sur de Florida, a veces autoproclamado como capital del Caribe, el tema de Colombia también estuvo presente.
“En respuesta a que Washington ha tomado el petróleo sancionado de Venezuela, el presidente colombiano Gustavo Petro criticó a Estados Unidos al decir que el suroeste (estadunidense) tiene tierras robadas que deberían de ser regresadas a América Latina. ¿Tiene una respuesta?”. Trump respondió que Petro “no es amigo de Estados Unidos. Es un hombre muy malo. Debe cuidarse el trasero porque hace cocaína y la envían a Estados Unidos desde Colombia”.
Agregó que el presidente colombiano es “un alborotador” y acusó de que hay “por lo menos” tres fábricas mayores de cocaína, cuya ubicación es conocida por Estados Unidos y que el país sudamericano debe cerrarlas.
Reputación manchada
Aun con todos estos anuncios, la nota principal para los medios estadunidenses sigue siendo la revelación de documentos y fotos de Trump y otras figuras famosas en los archivos del pedófilo fallecido Epstein.
El presidente estadunidense y su equipo han buscado ya durante meses dejar atrás ese tema sin éxito. Una vez más, el mandatario lamentó que “toda la cosa de Epstein es una manera de distraer del tremendo éxito del Partido Republicano”, expresando preocupación porque la reputación de tantos esté siendo manchada.
“Están en una foto con él porque él se encontraba en una fiesta, y con eso arruinas la reputación de alguien”, mencionó, al enfatizar otra vez que su relación con Epstein se rompió hace años y que nunca visitó su isla privada.
El mandatario estadunidense resaltó que mucho más importante para los medios debería ser su éxito en reducir los precios de farmacéuticos y, sobre todo, sus nuevos buques de guerra.
“Estos serán los acorazados más grandes en la historia de nuestro país”, afirmó antes de corregirse y proclamar que serán “los acorazados más grandes jamás construidos en la historia del mundo”. Sostuvo que “ayudarán a mantener la supremacia militar estadunidense, revivirán la industria de astilleros locales e inspirarán temor en los enemigos de Estados Unidos por todo el mundo”. Los primeros dos serán construidos en los próximos cinco años, pero el plan es fabricar entre 20 a 25 a largo plazo.
“La Marina de Estados Unidos se encargará de diseñar los buques junto conmigo, porque soy una persona muy estética”, declaró ante los medios.
El secretario de la Marina, John Cartwright Phelan, también presente en la conferencia de prensa, agregó que construir esos buques generará empleo por todo Estados Unidos y que “los acorazados Clase Trump serán los más grandes y más atractivos del mundo”.
Aparentemente en las guerras y conflictos del futuro, sean en torno de Venezuela o Groenlandia, será importante ser guapo y letal.








