Sheinbaum entrega créditos a mujeres amuzgas para preservar bienestar y trabajo

Xochistlahuaca, Gro. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo entregó este domingo créditos a artesanas de pueblo amuzgo a fin de que puedan no sólo conservar el huipil y otros tejidos que elaboran, sino garantizar el bienestar de estas mujeres y que puedan vivir de su trabajo.

“Es conservación y al mismo tiempo bienestar, esto es lo que se tiene que garantizar con este programa”, aseveró al encabezar un acto en esta región, en la costa chica, en los límites entre Guerrero y Oaxaca, desde donde afirmó que a diferencia del pasado, hay las mujeres indígenas “son las más reconocidas de nuestro país”.

Previamente, en Ometepec, una mujer se acercó a la presidenta para ofrecerle un regalo, aparentemente enviado por el ex gobernador Ángel Aguirre, el cual rechazó. En un video que circula en redes sociales, se observa que ante la intención, la mandataria responde: “No, gracias, mándale saludos, pero dígale que no, no recibo regalos de ellos”.

El objetivo del crédito “Apoyarte”, operado por Financiera para el Bienestar (Finabien) es brindar recursos por 30 mil pesos a cada mujer artesana de la región. La meta este año es entregar 500 millones de pesos en apoyos en la zona amuzga y mixteca, de los cuales se han otorgado 170 millones. 

“Lo hacemos de esta manera, sin trámites engorrosos, sin intermediarios, sin condiciones injustas; lo hacemos confiando en ustedes, porque la palabra de una mujer, de una mujer indígena, artesana, vale mas que cualquier forma o contrato”, apuntó la mandataria federal. 

El crédito, agregó, es acompañado de la garantía de su comercialización de sus piezas a un precio justo.

“De esta manera garantizamos la preservación del huipil y del bienestar de las mujeres artesanas. Este es un programa de justicia para las mujeres que han trabajando siempre, para las que han levantado a sus familias con esfuerzo silencioso, para las que nunca tuvieron acceso a un banco, pero que sostienen a todo un pueblo con su trabajo”.

En ese marco, recordó que hace 55 años visitó por primera ocasión Xochistlahuaca. Su madre, la científica Annie Pardo, “amaba los huipiles”. Y cuando la hoy presidenta tenía ocho años de edad, su madre, la llevó junto a su hermano mayor y su hermana menor, a esta región. 

“Ella nos vestía con huipiles desde pequeñitas”, rememoró la jefa del Ejecutivo y pidió proyectar una foto que su madre le envío de aquella época, donde vestía una de estas prendas de niña.

Así que el amor por ustedes, por las mujeres artesanas indígenas, me viene de pequeña, del amor que siempre tuvo mi mamá y que nos inculcó”, señaló. 

Sheinbaum Pardo subrayó que la grandeza cultural de México viene de sus pueblos originarios. Y en ese sentido destacó que las mujeres artesanas amuzgas, en cada trazo, en cada hilar, han preservado no sólo una tradición heredada por generaciones, sino una historia de resistencia. 

“Venimos a honrar a quienes con sus manos, con su corazón y su sabiduría milenaria, han tejido no solo huipiles, sino identidad, memoria, magia y resistencia: las mujeres artesanas del pueblo amuzgo. Los huipiles que nacen aquí son considerados entre los más hermosos de la nación, no es una exageración, son piezas únicas que guardan la historia de un pueblo que nunca se ha rendido, que ha resistido.

“Cada hilo que ustedes tejen lleva consigo siglos de conocimiento, transmitido de generación en generación, a través de su telar de cintura. Un lenguaje que no se escribe en libros, pero que se plasma en tela y que se lleva con orgullo en el cuerpo. Los huipiles son más que prendas, son códices que no se escriben con tinta, sino con hilos de colores, que guardan la sabiduría de las abuelas, la fortaleza de las madres y los sueños de las hijas”.

La presidenta enfatizó que cada figura y símbolo sobre esas piezas, representan “un pedazo de tiempo que resiste. Es un lenguaje que dice: ‘Aquí estamos, somos creativas, resistentes, alegres y fuertes’”.

Remarcó que al ser la primera mujer presidenta en la historia del México independiente, está obligada a mirar a todo el pueblo, pero en especial a las mujeres del país. 

“A las mujeres campesinas, trabajadoras, a las mayores, pero sobre todo, me obliga a mirar a las mujeres indígenas, a las que durante siglos fueron las más invisibles, las más excluidas, las más olvidadas; eso quedó en el pasado, eso ya no, hoy las mujeres indígenas son las más reconocidas de nuestro país”.

La mandataria aseveró que las mujeres indígenas han impedido que la raíz de la cultura se quiebre y han transmitido sus lengua de generación en generación. 

“Por eso, con todas las fuerzas del corazón de la historia, decimos que los caminos que antes se cerraron, hoy los abrimos; las puertas que se les negaron, hoy las abrimos; abrimos las puertas de la prosperidad, del reconocimiento y de la dignidad. Porque un país que no reconoce a sus pueblos y a sus mujeres indígenas no puede llamarse justo”.

Por su parte, la titular de Finabien, María del Rocío Mejía, informó que hasta ahora se han recibido más de 11 mil solicitudes de crédito en esta región, de las cuales se han atendido alrededor de 6 mil en Xochistlahuaca, Tlacoachistlahuaca, Ometepec, San Pedro Amuzgos y Santa Maria Ipalapa. 

“El crédito a la palabra tiene tasa de interés cero, no tiene intereses, y (se dan) largos plazos para que lo puedan ir pagando. Reciben 30 mil pesos para comprar hilos, telas, máquina de coser, puedan pagar la luz, el agua, porque en sus casas es donde trabajan. Les dará autonomía económica”.

La funcionaria acentuó que la meta para 2025 es otorgar 500 millones de pesos en estos apoyos. “Ya entregamos 170 millones, ni una sola artesana de esta zona se va a quedar sin su apoyo ni su crédito a la palabra”.

Amancia Merino, una de las mujeres artesanas que hoy recibieron el apoyo, sostuvo: “Con manos y corazón elaboramos piezas que llevan la historia, la cultura y la identidad de nuestros pueblos”.

Al agradecer estos créditos, develó que el trabajo de las mujeres de la región “no es sólo un oficio, son saberes heredados que aprendimos desde niñas al observar a nuestras madres y abuelas tejer y bordar. Cada pieza que creamos lleva consigo nuestra lengua, nuestra memoria y nuestro amor por la tierra”.

Destacó que con el apoyo podrán no sólo obtener ingresos justos por sus piezas, sino también mantenérmelos visa la tradicional artesanal que las identifica como pueblo. 

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