Ciudad de México. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo celebró que por primera vez una autoridad del gobierno de España, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, lamentó la injusticia cometida contra los pueblos indígenas durante la conquista, en su discurso de apertura de la exposición La mitad del mundo: La mujer en el México indígena, en los museos Arqueológico Nacional y Nacional Thyssen-Bornemisza, así como en el Instituto Cervantes, en Madrid.
“Enhorabuena por este primer paso del canciller”, ante la solicitud de perdón que tanto el ex presidente Andrés Manuel López Obrador como ella han pedido a la Corona española por los agravios cometidos contra los pueblos indígenas durante la Conquista.
Señaló que lo dicho por el canciller de España “es importante, habla de la importancia de lo que siempre hemos dicho: el perdón engrandece a los gobiernos y a los pueblos. No es humillante, al contrario. Reconocer los agravios, pedir perdón o lamentar es recuperar como parte de la historia”.
Señaló que eso “engrandece a los gobiernos y a los pueblos, así que enhorabuena por este primer paso del canciller del gobierno español en el reconocimiento, particularmente en este año de la mujer indígena”.
Afirmó que ayudó seguir insistiendo en el perdón, así como llevar las grandes culturas a España.
En la mañanera del pueblo se transmitió parte del discurso pronunciado hoy por el canciller español.
“…como en toda la historia humana hay claroscuros, y también ha habido dolor de injusticia hacia los pueblos originarios a los que se dedica esta exposición. Hubo injusticia, justo es reconocerlo hoy y justo es lamentarlo porque esa es también parte de nuestra historia compartida y no podemos ni negarla ni olvidarla”.
La mandataria también dio lectura al prólogo que escribió para el libro sobre todas las piezas que están en exposición en Madrid, texto que también abre la relativa a las mujeres indígenas.
Entre otros, señala:
“La conquista no fue un encuentro entre iguales, fue un proceso brutal de violencia, imposición y despojo. Se intentó destruir no solo territorio, sino culturas enteras, saberes milenarios, lenguas, modos de vida.
“Las mujeres indígenas sufrieron especialmente embate, fueron silenciadas, desplazadas, violentadas. Sin embargo, resistieron en silencio y en acción en lo individual y en lo colectivo, en el telar y en la palabra, en el rito y en la comunidad.
“Hoy esas voces resurgen con fuerza. Las mujeres indígenas de México siguen creando sanando, luchando, corriendo, diría yo, y enseñando”.
Esta exposición “celebra su arte como forma de resistencia y de renacimiento, porque su creatividad no solo es herencia, también es presente y es orgullosamente futuro.
“Honrar este legado implica reconocer los abusos del pasado y del presente. La discriminación, el racismo y el desprecio hacia los pueblos originarios aún persisten, erradicarlos, es un deber ético si aspiramos a un mundo verdaderamente justo donde todas las culturas, todas las lenguas, todas las personas tengan el mismo valor”.








