Washington y Nueva York., Con la consigna: “Trabajadores sobre multimillonarios”, sindicalistas y sus aliados realizan más de mil actos de resistencia y solidaridad laboral a lo largo del país durante esta semana en repudio de las acciones del gobierno de Donald Trump de despedir empleados federales, anular la representación gremial de más de un millón de personas, reducir el gasto social a salud y otros tipos de asistencia, y en condena de las medidas del gobierno contra inmigrantes y sus familias.
“Estamos aquí hoy para el arranque de la temporada de la solidaridad, exigir el apoyo a gente trabajadora y no a multimillonarios”, declaró Sam Epps, presidente del consejo de la federación laboral de Washington, en representación de 150 sindicatos locales.
En un mitin el jueves pasado en Washington con el que dieron inicio a más de una semana de acciones, oradores llamaron a la recuperación de empleo de miles de personas a nivel federal despedidas por el nuevo gobierno, así como la restauración de los derechos a contratos colectivos para trabajadores públicos y el cese de las redadas y arrestos masivos de inmigrantes.
La Federación Estadunidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por sus siglas en inglés), junto con organizaciones sociales y políticas aliadas reportan que a lo largo de esta semana habrá más de mil actos de diversos tamaños –marchas, acciones de protesta, mítines– en cientos de ciudades por todo el país, desde Alaska a Florida, de California a Maine, en actos que esperan nutrirán un movimiento contra lo que califican de un ataque contra la democracia y los derechos de todo trabajador, incluidos los que son inmigrantes.
El primer acto realizado en Washington el jueves fue relativamente pequeño –unas 500 personas–, pero organizadores enfatizaron que el enfoque son las múltiples acciones locales por todo el país. “Esto se trata de organización orgánica de bases e intencionalmente queríamos que se realizara fuera de Washington, ya que todos están sintiendo el impacto (de lo que sucede)”, comentó Liz Shuler, presidenta del AFL-CIO a The Guardian.
La semana de acciones gira en torno al Día del Trabajo, fecha oficial y feriada, que se celebra el primer lunes de septiembre.
Celebración nacional
El primero de mayo, cuando se celebra el Día del Trabajo a escala mundial, no es una fecha marcada oficialmente en este país, a pesar de que la conmemoración se creó en Chicago tras la lucha por la jornada de ocho horas en 1886.
La proclama oficial de Día del Trabajo, emitida por el presidente Donald Trump esta semana, llama a que el país “honre las contribuciones y resiliencia de los estadunidenses trabajadores”. Pero el mismo día que difundió su proclama, el mandatario firmó una orden ejecutiva que anula los derechos de negociación colectiva para los empleados en seis agencias del gobierno federal.
De hecho, el gobierno de Trump intenta implementar lo que sería el acto de eliminación sindical más grande en la historia de Estados Unidos al efectivamente anular el derecho a la negociación colectiva a un millón de trabajadores del sector público federal.
El sindicalismo estadunidense está en su punto más débil como resultado de más de cuatro décadas de neoliberalismo. Sólo 10 por ciento de la fuerza laboral pertenece a un gremio en este país, comparado con 20 por ciento hace 45 años, según cifras oficiales del Departamento de Trabajo.
Foto Afp
Más aún, en 2024, mientras 32 por ciento de trabajadores del sector público estaban sindicalizados, sólo 6 por ciento de los empleados del sector privado pertenecen a un gremio.
Pero los ataques frontales del gobierno de Trump generan una mayor resistencia del sindicalismo estadunidense. Decenas de organizaciones nacionales han endosado la semana de protestas, junto con sus aliados ambientalistas, grupos de derechos y libertades civiles, de defensa del consumidor y redes y organizaciones políticas progresistas, muchos de los cuales han logrado convocar actividades nacionales con la participación de millones en los 50 estados en repudio de las políticas de Trump implementadas en en los meses recientes.
Otis Johnson, líder del gremio nacional de trabajadores federales, declaró en el acto el jueves en Washington, que con la acción colectiva se puede frenar y revertir los recortes de Trump. “Estamos listos, organizados y vamos a ganar”, insistió el dirigente.
El vicepresidente ejecutivo del sindicato nacional de trabajadores de servicios (SEIU), Jaime Contreras, declaró durante el mitin: “llegué aquí en 1988 como un niño indocumentado. Hace más de 40 años me hice ciudadano”, resaltó quien ahora representa a 185 mil trabajadores en la región de la capital.
“Nuestros agremiados son abrumadoramente afroestadunidenses e inmigrantes que limpian y protegen nuestros edificios comerciales, aeropuertos e instalaciones universitarias”, agregó. “No sé si Trump y sus cuates entienden esto, pero documentados o no, los trabajadores inmigrantes son vitales para nuestra economía local y nacional”.
Repudian fuerza ocupante
En Chicago, la presidenta del sindicato de maestros, Stacy Davis Gates, comentó en un foro convocado por el Working Families Party sobre las acciones nacionales y el futuro del movimiento de resistencia, que en su ciudad se preparan para “una invasión de tropas del gobierno federal”, amenazada por Trump aprendiendo de organizadores que han enfrentado ese despliegue de efectivos en Los Ángeles y ahora la capital del país. Declaró que “no necesitamos una fuerza ocupante”. Afirmó que “tenemos que reafirmar la democracia, anclada en el bien común… y que da la bienvenida a inmigrantes”.
En Los Ángeles, el líder estatal de Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU, por sus siglas en inglés), David Huerta, afirmó que está naciendo un movimiento de solidaridad contra los ataques a los trabajadores e inmigrantes en respuesta al despliegue de tropas en Los Ángeles y Chicago.
“Permitimos que los multimillonarios tomaran este país”, lo cual ha llevado a la situación política actual, argumentó y concluyó que sólo “al actuar juntos e insistir en un país mejor” se podrá frenar lo que ocurre, al subrayar “aquí estamos, y no nos vamos”.
“Este Día del Trabajo es el principio del fin del régimen de Trump”, afirmó Keya Chatterjee, directora de Free DC y organizadora ambientalista. Aseveró que “Washington está bajo ocupación”, lo que califico de un ensayo del mandatario y sus aliados para silenciar a la oposición y mantenerse en el poder.
“No vamos a cooperar”, señaló y resaltó que al organizar los actos en torno al Día del Trabajador también se inicia una nueva etapa de la lucha solidaria contra el autoritarismo. Invitó a otros en más ciudades a tomar medidas para el apoyo mutuo, pero también para generar alegría en la resistencia, al informar que cada noche a las ocho se realizan “cacerolazos” hasta que acabe “la ocupación”.
Cecily Myart Cruz, presidenta del sindicato de maestros de Los Angeles (UTLA por sus siglas en inglés), declaró en el foro que “este es el momento” en que el movimiento laboral tiene que actuar –en lo cual se ha demorado– junto con sus aliados “para derrotar la oligarquía y el autoritarismo”.