Las remesas en México se han convertido en la fuente principal de recursos económicos del país, por arriba del petróleo y el turismo.
Más de 60 mil millones de dólares llegan al país procedentes de Estados Unidos, de millones de mexicanos que se han tenido que ir por falta de empleo y seguridad en México, pero ahí, ahí no acaba la historia, detrás de muchas remesas están los niños que se fueron solos y se emplean en fábricas en Estados Unidos, es decir, son remesas provenientes del trabajo infantil.
En 2023 se documentaron en los Estados Unidos 6 mil casos de explotación laboral a niños, entre los que destacó el caso de una niña de 13 años que trabajó en una fábrica en Alabama, pero también hay muchos casos que no se documentan, ya que son niños ilegales y sin familia.
Esto no sólo viola las leyes estatales de Estados Unidos, sino que además vulnera a los niños migrantes, ya que ponen en riesgo su salud, su seguridad y truncan su educación, a eso se le suma que no tienen un padre o guardián que asegure su bienestar.
Y en los pocos casos que se reportan estas situaciones, no sirve de nada, pues sólo se multa a la empresa por hacer esto, pero las multas son bajas y nada disuasivas, estas multas son débiles y la legislación muy anticuada.
Migracion, remesas y trabajo infantil es un asunto a revisar a profundidad aquí y allá, el uso de trabajo infantil raya en lo criminal, abusan y lucran con la necesidad de los más inocentes que son los niños que por hambre y falta de familia se van a la frontera norte.
No hay nada que presumir de las remesas, si ellas vienen manchadas de sangre y sobre todo de sangre infantil.
Mientras esos niños no sean hijos de dios no hay motivo de ninguna celebración.