UNAM instala equipo de última generación para detectar vibraciones en subsuelo

¿Qué hay debajo de CU?, es uno de los proyectos más recientes dentro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el cual ha consistido en instalar equipos de última generación  a fin de caracterizar y conocer el subsuelo del campus para  la medición de vibraciones del suelo, generalmente usados para prospección sísmica en los ámbitos minero y petrolero.

El proyecto está encabezado por un equipo de especialistas y estudiantes de los institutos de Geofísica e Ingeniería de la UNAM, así como personal del Servicio Sismológico Nacional y de la empresa GEOTEM. 

Con ayuda de estudiantes de Ciencias de la Tierra, los especialistas colocaron los aparatos en diversas zonas de Ciudad Universitaria:  Zona Cultural, el Jardín Botánico y el Campus Central. 

En alrededor de nueve horas, 30 estudiantes colaboraron en conjunto con los especialistas para realizar las primeras pruebas del proyecto. En un comunicado de prensa, el equipo interdisciplinario explicó que uno de los objetivos del proyecto es descubrir que existe debajo de la máxima casa de estudios, ya que se conoce, está construida sobre la lava solidificada del volcán Xitle. 

“Queremos estudiar los derrames de lava para saber qué es lo que cubre, porque no se sabe con exactitud cómo era la topografía antes de las erupciones del Xitle. La intención es generar gran cantidad de datos que deberemos procesar y analizar para ver sus alcances”, indica Marco Calò, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM. 

Yacimientos arqueológicos de gran importancia 

Instalan equipos de última generación en CU para detectar vibraciones en el suelo. Foto: Cortesía

A dos meses de haber comenzado la investigación, los especialistas ya han encontrado algunos resultados muy interesante, como por ejemplo, que hay vestigios arqueológicos prehispánicos de gran importancia bajo el subsuelo de este recinto catalogado como patrimonio de la humanidad. 

Esta información es muy valiosa, ya que dicen los especialistas, se pueden encontrar vasijas y/o objetos que nos hablen de cómo era la población que reside en la zona antes de la erupción del Xitle. 

“Este es el primer proyecto en su tipo. Conforme analizamos y obtenemos resultados nos fijamos más objetivos. Estaremos revisando bibliografía extensa para vincular nuestra información con estudios en otras áreas. El éxito de este trabajo permitirá arrancar otros tantos en CDMX”, señala.

“Además de los alcances científicos, este experimento fue diseñado para acercar a los jóvenes a las disciplinas de las Ciencias de la Tierra, sobre todo a la sismología y vulcanología. Es importante que los alumnos se enamoren de estas disciplinas y den seguimiento a las investigaciones. Cabe destacar que estos trabajos se realizan en un área urbana, algo inusual ya que estas labores casi siempre tienen lugar fuera de la ciudad.”

Otros de los descubrimientos a dos meses de haber comenzado el proyecto, el equipo compartió que se ha realizado un  mapa en el cual se visibilizan colores cálidos y fríos en la zona. 

Los colores cálidos por un lado, explican, pueden explicar que en este mismo sitio, antes pudo haber un lago o laguna, mientras que los colores fríos demuestran cuerpos más sólidos, como rocas del cauce de ríos después rellenados por lava. 

Estudiantes participan activamente

Yamilette Bolaños Flores, es una estudiante de Ingeniería Geofísica en la Facultad de Ingeniería y compartió  que su participación en el proyecto radicó en colocar los nodos sísmicos, y que para ello fue necesario hacer agujeros en la tierra, clavarlos y ponerlos lo más vertical posible. 

A su vez, analizó los registros sísmicos para medir su contenido frecuencial, qué tipo de onda sísmica se pudo percibir y hacer mediciones del ruido sísmico que existe en Ciudad Universitaria, con el fin de determinar si hay algún riesgo.

Así como Yamilette, 30 estudiantes más participaron en la realización del proyecto, colocándose como uno de los proyectos interdisciplinarios del momento. 

Ciencias de la Tierra, una de las carreras nuevas de la UNAM, ha colaborado intensamente con la realización del proyecto. 

“Estudiar Ciencias de la Tierra te permite conocer el lugar en el que estás parado, es decir, comprender fenómenos naturales. El planeta es un sistema muy complejo, pero cuando vas entendiendo de qué trata te apasionas y quieres saber qué más hay”, expresa Bolaños.

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