Caracas. El gobierno de Venezuela denunció este martes la “amenaza temeraria y grave” hecha más temprano por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien según el texto “asume que el petróleo, tierras y riquezas mineras de Venezuela son de su propiedad”.
La cancillería divulgó un comunicado con la respuesta oficial al anuncio de Trump de que impondrá un “un bloqueo total y completo de todos los petroleros sancionados que entran y salen de Venezuela” argumentando que Venezuela le ha robado a Estados Unidos “petróleo, tierras y otros activos”.
La cancillería informó que el embajador venezolano ante la Organización Naciones Unidas (ONU), Samuel Moncada, procederá de inmediato a formalizar la respectiva denuncia, y advirtió que seguirá ejerciendo “plenamente su libertad, jurisdicción y soberanía por encima de estas amenazas guerreristas”.
El documento señala que “el presidente de Estados Unidos pretende imponer de manera absolutamente irracional un supuesto bloqueo militar naval a Venezuela con el objetivo de robarse las riquezas que pertenecen a nuestra Patria”.
Además, hace notar que esta “extravagante amenaza” desvela las verdaderas intenciones de Trump de robarse las riquezas venezolanas y no ya una supuesta “lucha contra el narcotráfico”, como ha sido hasta ahora justificado el despliegue militar estadunidense en el Caribe.
“Su verdadera intención, que ha sido denunciada por Venezuela y por el pueblo de Estados Unidos en grandes manifestaciones, fue siempre apropiarse del petróleo, las tierras y minerales del país a través de gigantescas campañas de mentiras y manipulaciones”, reza la comunicación divulgada por el canciller Yván Gil.
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La misiva señala que el pueblo venezolano “se mantendrá firme en el cuidado irrestricto de su territorio, de sus riquezas y de su libertad”.
Sanciones
Estados Unidos ha utilizado las sanciones para apropiarse de activos claves de Venezuela y estrangular sus ingresos petroleros, con costos que se miden en decenas de miles de millones de dólares perdidos para el país, ha denunciado el gobierno bolivariano.
La política de “máxima presión”, inaugurada por Donald Trump en su primera administración (2017-2021) y reforzada en extremo en la segunda (iniciada el 20 de enero pasado), ha sido, en la práctica, una expropiación de patrimonio público venezolano ejecutada desde la Casa Blanca y tribunales estadunidenses.
Citgo Petroleum, filial de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en Estados Unidos, posee tres grandes refinerías en Lake Charles (Luisiana), Corpus Christi (Texas) y Lemont (Illinois), con una capacidad conjunta de aproximadamente 807 mil barriles diarios, lo que la ubica entre los cinco mayores refinadores independientes de Estados Unidos. En términos de red comercial, se estima que hay unas 4 mil408 estaciones Citgo en territorio estadounidense (datos de 2024 del Energy Analytics Institute con sede en Estados Unidos), es decir miles de puntos de venta de combustible que originalmente generaban flujo de caja para Venezuela.
Desde 2019, Citgo quedó de facto bajo control de una junta “ad hoc” reconocida por Washington como parte del “Plan Guaidó” que pretendía desconocer el gobierno legítimo de Nicolás Maduro y provocar un cambio de régimen, y sus sustitución con Juan Guaidó como “presidente” lo que impidió al Estado venezolano ejercer sus derechos sobre la empresa. Más recientemente, un tribunal de Delaware autorizó la “venta forzosa” de Citgo, decisión denunciada por el gobierno venezolano como un remate coercitivo de un activo estratégico valorado en varios miles de millones de dólares.
Caída de la producción petrolera
Además de Citgo, una parte sustantiva de los activos financieros de Venezuela ha quedado congelada en bancos y organismos internacionales bajo el paraguas de las sanciones. La publicación Los Números del Bloqueo, elaborada por el Observatorio Venezolano Antibloqueo (OVA), perteneciente a la Vicepresidencia de Venezuela, habla de alrededor de 22 mil millones de dólares en activos bloqueados, incluyendo cerca de 5 mil millones en Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional y unas 31 toneladas de oro retenidas en el Banco de Inglaterra, valoradas en aproximadamente 2 mil millones de dólares.
Datos del Ministerio de Hidrocarburos indican que en 2013 Venezuela producía en torno a 3 millones de barriles diarios de petróleo; para 2018 la producción ya había caído a unos 1.7 millones, y cuando se impusieron las sanciones petroleras directas en 2019 la cifra rondaba 1.15 millones de barriles diarios. En enero de 2019, las sanciones a Pdvsa prohibieron a empresas estadunidenses importar crudo venezolano y exportar insumos clave como la nafta, al tiempo que se congelaban unos 7 mil millones de dólares en activos de Pdvsa en Estados Unidos, con pérdidas estimadas en más de 11 mil millones de dólares solo en 2019, selaña el OVA.
Según la misma fuente, entre enero de 2015 y junio de 2020, la producción de Pdvsa cayó 87 por ciento, pasando de un promedio 2.5 millones de barriles por día a 339 mil barriles diarios en junio de 2020. Investigaciones económicas estiman en 232 mil millones de dólares las pérdidas de la industria petrolera debido a la caída de la producción, a las sanciones y el sabotaje contra Pdvsa.








