Votar es un derecho humano

ABC de los Derechos, por Edgar Cortez

Los derechos humanos consideran diversos derechos que atienden a distintas dimensiones de la vida personal y comunitaria. Un conjunto corresponde a lo que llamamos derechos políticos, que pretenden garantizar la participación activa en la vida política y social.

Estos derechos están reconocidos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en los siguientes términos: Todos los ciudadanos gozarán, sin ninguna de las distinciones mencionadas en el artículo 2, y sin restricciones indebidas, de los siguientes derechos y oportunidades:

a) Participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos;

b) Votar y ser elegidos en elecciones periódicas, auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores;

c) Tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su país.

Por tanto el ejercicio del voto es una forma de participar en los asuntos públicos para elegir a personas que puedan gobernar o bien legislar.

En unos cuantos días millones de personas estaremos en la posibilidad de ejercer nuestro derecho al voto y será en medio de un ambiente polarizado y crispado, lo que torna complejo dicho ejercicio.

Como cualquier derecho humano puede ejercerlo o no hacerlo, pero sin embargo siempre resultará mejor ejercer derechos y en este caso es una forma de ser corresponsable de la vida política y social.

Debemos reconocer que no resulta sencillo ejercer el voto pues la política partidista nos debe mucho a las ciudadanos y ciudadanos, sin embargo hasta la fecha no contamos con otra forma de representación y por tanto debemos hacer un esfuerzo por prepararnos lo mejor posible.

En tiempo donde abundan las “fakes news” es necesario verificar la información, conocer lo mejor posible las propuesta que hacen las personas candidatas particularmente en la manera concreta de lograr sus propósitos, así como de la cantidad de presupuesto público necesaria y cómo se garantizan dicho recursos.

Todas las personas tenemos filias y fobias, por lo que un desafío es no votar respondiendo a los mismos, sino por aquellas propuesta que sean más conducente a mejorar la vida social, de forma que no se trata de pensar en mi propio bien sino en las propuestas que beneficien al máximo posible de nuestra sociedad.

Ese es nuestro desafío para el 2 de junio.

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