Miles de jóvenes, israelíes y extranjeros, bailaban hasta el amanecer el sábado en el sur de Israel, cerca de la Franja de Gaza, cuando los comandos del grupo islamista palestino Hamás los sorprendieron y mataron a tiros a 250 personas.
Los voluntarios llamados a recuperar cuerpos recordaron el lunes, en estado de shock, el macabro paisaje que quedó tras el ataque.
“Masacraron a la gente a sangre fría, de una forma absolutamente inconcebible. Llegaron a matar a gente que estaba en sus automóviles”, contó Moti Bukjin, portavoz de Zaka, una organización especializada en primeros auxilios y en recuperar e identificar cuerpos según las leyes judías.
Los jóvenes estaban reunidos cerca del kibutz de Reim, una región alejada del sur de Israel, cerca de la frontera con la Franja de Gaza.
La fiesta se convirtió en un drama cuando un millar de combatientes de Hamás lanzaron una enorme ofensiva contra Israel el sábado por la mañana, infiltrándose en el territorio por medio de vehículos, embarcaciones e incluso paracaídas.
En un video muy difundido en redes sociales se ve algunos de estos soldados sobrevolando el festival. En otros videos que AFP no pudo verificar, aparecen varios jóvenes huyendo hacia sus vehículos entre los disparos.
Muchos asistentes murieron y otros fueron tomados como rehenes. Un video difundido en redes sociales muestra a una mujer de 25 años, identificada como Noa Argamani, pidiendo ayuda desde la parte trasera de una moto, mientras era secuestrada.
“En la zona donde tuvo lugar el festival de música, y en la fiesta misma” había “unos 200-250 cuerpos”, estimó Moti Bukjin, basándose en el número de camiones que transportaron los restos durante la operación de recuperación de los cadáveres.
Esta estimación significa que el número de muertos en el festival representa más de un tercio del total del balance de víctimas fatales del lado israelí, que supera los 700 muertos según el ejército.
“No dispararon al azar”
“Soy voluntario en Zaka desde hace 28 años y después de la catástrofe de Merón (una avalancha mortífera durante una peregrinación judía en el norte de Israel) y sus 45 muertos pensaba haber tocado fondo. Pensaba que era el fin del mundo, pero claramente, las cosas pueden ser peores, claramente peores”, dijo Bukjin en una conversación telefónica.
En las imágenes aéreas obtenidas por AFP se veían decenas de automóviles quemados al lado de la carretera que llevaba al lugar del festival.
“Había automóviles al lado de la carretera, un automóvil volcado y otro de lado. En cada automóvil había dos o tres cuerpos, o uno solo”, describió Bukjin.
El voluntario también contó que todos los cuerpos que recuperó eran de personas que recibieron disparos, rematadas por los atacantes con un tiro en la cabeza o incendiando sus vehículos.
“Lo impactante es que confirmaron que las personas a las que dispararon estaban muertas. Tuvieron mucho tiempo hasta que llegaron las fuerzas de seguridad. Algunos de los coches los quemaron con gente dentro. En algunos vimos (…) una bala en la cabeza, una bala en la barbilla. No dispararon balas al azar esperando que dieran en el blanco”, agregó.
Aquellos que intentaron huir a pie también fueron abatidos. “Algunos de los cuerpos estaban en zanjas, les dispararon cuando intentaban huir y cayeron”, indicó.
El lunes, el ejército israelí anunció haber retomado el “control” de localidades atacadas del sur de Israel. Zaka podrá por tanto comenzar a recuperar los cuerpos de las víctimas en esos lugares, entre ellos ancianos, niños y bebés.
“Será un día duro”, sentenció Moti Bukjin.
SNGZ